En 1795 se produjeron varias insurrecciones de esclavos en territorio caribeño. La Revolución Francesa había impactado no sólo en las clases dominantes de la época, sino que había llegado a las masas populares a través de diferentes voceros, entre los que se contaba a negros libertos que hacían militancia de la causa abolicionista.
Sin duda la rebelión más importante fue la de Haití, que llevó al triunfo de los revolucionarios contra las fuerzas colonialistas. En tierra firme, específicamente en la serranía de Coro (Venezuela), se levantaron José Leonardo Chirinos y José Caridad González; en San Vicente y Las Granadinas se produjo otro fuerte levantamiento encabezado por Josef Chatuyer y en la isla de Curazao, el esclavo Tula lideró una importante rebelión contra sus amos holandeses.
En 1795 Curazao atravesaba una grave crisis económica. Sobre una población de alrededor de 20 mil personas, apenas 4 mil eran blancos, y de los 16 mil restantes 10 mil eran esclavos y los otros 6 mil eran «negros libres». Se entiende que la crisis recaía fundamentalmente sobre los 16 mil habitantes que no eran blancos.
Todo señala que Tula estaba en conocimiento de la revuelta de esclavos en Haití como de la Revolución Francesa y los ideales revolucionarios de libertad, igualdad y fraternidad. Asimismo conocía que el gobierno revolucionario francés había ocupado gran parte de Europa –incluyendo los Países Bajos– y que dicho gobierno decían que se inclinaba por abolir la esclavitud en las colonias. Si los Países Bajos estaba en poder de los franceses y éstos sostenían terminar con la esclavitud, en Curazao cabía aplicar de inmediato esa medida, pensaba Tula y así se lo explicaba a sus compañeros.
Tula comenzó el levantamiento junto con 40 o 50 compañeros el 17 de octubre de 1795, y poco a poco se le fueron sumando centenares de esclavos cansados de su condición.
Viendo la dimensión que tomaba la insurrección, el gobierno colonial envió al padre Jacobus Schinck para mediar.
Hay escritos del padre que cuentan lo conversado. «Hemos sido abusados demasiado, no buscamos dañar a nadie, y solo buscamos nuestra libertad. Los negros franceses obtuvieron su libertad, Holanda fue ocupada por los franceses, entonces debemos ser libres aquí», manifestó Tula en la entrevista.
También registra el reverendo Schinck lo siguiente de boca de Tula: «Señor, padre, ¿Hice mal al liberar a 22 de mis hermanos de su confinamiento, al que fueron arrojados injustamente? Una vez que estuve atado, lloré incesantemente misericordia para un pobre esclavo. Cuando finalmente fui liberado, la sangre salió de mi boca. Caí de rodillas y grité ‘Oh Dios Todopoderoso, ¿es tu voluntad que seamos tan maltratados?’ Ah, padre, incluso un animal es tratado mejor que nosotros. Si un animal tiene una pata rota, es atendido».
Las negociaciones no progresaron y los rebeldes lograron infligir algunas derrotas a las fuerzas colonialistas. Cuando los insurrectos habían alcanzado la cifra aproximada de 2 mil miembros, Tula y su estado mayor fue traicionado. Una vez apresados los principales líderes el levantamiento llegó a su fin.
Tula, Karpata, Louis Mercier y Pedro Wakao, todos líderes de la insurrección, junto con una decena más de combatientes fueron ejecutados el 3 de octubre de 1795.
TULA
Película dirigida por Jeroen Leinders, de 2013, con Damny Glover.