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17/09/22
244 millones de latinoamericanos sigue sin acceso a internet
Por Álvaro Verzi Rangel

Un tercio de la población mundial sigue privada de internet en 2022 y el ritmo de las nuevas conexiones se ha ralentizado, según la Unión Internacional de Comunicaciones (UIT), que ha identificado dos obstáculos principales: el hecho de que las poblaciones que aún no están conectadas son las que se encuentran en zonas más remotas y difíciles de alcanzar, y las dificultades para pasar del acceso simple al acceso regular y sencillo.

Las disparidades regionales siguen siendo fuertes: Europa ocupa el primer lugar con el 89% de su población conectada y América (incluyendo a Estados Unidos y Canadá) muestran tasas superiores al 80%, pero en regiones como África la conexión alcanza solo al 40% de la población. No es mucho mejor la situación en nuestra región.

En la actualidad, menos de la mitad de la población de América Latina y el Caribe tiene conectividad de banda ancha fija y menos del 10 por ciento cuenta con fibra de alta calidad en el hogar. Si bien el 87 % de la población vive dentro del alcance de una señal de 4G, el uso y la penetración reales siguen siendo bajos (37 %). Y solo cuatro de cada diez latinoamericanos de zonas rurales tienen opciones de conectividad en comparación con el 71 % de la población de zonas urbanas.

Unas 244 millones de personas en América Latina y el Caribe no tienen acceso a internet. En total, un 32% de la población de esta región no accede a este servicio, según un informe del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El estudio, que concentró su trabajo en 24 países, revela que un 71% de la población urbana cuenta con opciones de conectividad, ante menos de un 37% en la ruralidad.

América Latina y el Caribe es la región donde la desigualdad tecnológica es la mayor en el mundo y esta se ha agravado y visibilizado aún más con los impactos económicos y sociales de la Covid-19. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) menciona que se necesitarían 68.500 millones de dólares para subsanar la brecha digital.

Del total, el 59% debería destinarse a mejorar la conectividad en zonas urbanas, lo que suele estar a cargo del sector privado. Por otro lado, el 41% debería destinarse a las zonas rurales, donde las inversiones públicas suelen ser la fuente principal de financiamiento. Este sector vulnerable es una de las prioridades en los planes regionales del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA).

Para que la conectividad digital sea un acceso de igualdad en los países de la región, es necesario tener infraestructura digital de calidad y ofertas de precios accesibles para la población. Datos de la CAF -Banco de desarrollo de América Latina- muestran que la desigualdad digital en la región ha sido más visible en la pospandemia. Menos del 50% de la población de América Latina y el Caribe tiene conectividad de banda ancha fija y solo el 9,9% cuenta con fibra de alta calidad.

Si bien el 87 % de la población vive dentro del alcance de una señal de 4G, el uso y la penetración reales siguen siendo bajos (37 %).

Según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en promedio un 81% de los hogares del quintil de ingresos más alto (quintil V) tiene conexión a Internet; mientras que las cifras de los hogares del primer y segundo quintil es del 38% y el 53% respectivamente.

“Unos 5 mil 300 millones de personas en el mundo usan internet y aunque el crecimiento sigue siendo alentador, la tendencia deja pensar que, sin inversiones nuevas en infraestructuras y un nuevo impulso para crear nuevos conocimientos digitales, las posibilidades de conectar a la población mundial para 2030 parecen cada vez más escasas”, dijo la UIT..

Fuente:
Question

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