SpanishPortugueseEnglishFrenchChinese (Simplified)RussianPersianArabic
08/07/22
Temas: Música
Regiones: Bolivia
“Kicho” Jiménez: “El Príncipe de la zampoña”
Por Sergio Salazar Aliaga

A Marco Antonio “Kicho” Jiménez lo llegué a conocer gracias al grupo Los Bolitas. Frecuentando diferentes boliches, teatros, siguiéndolo, logré tomar contacto con él, un estudioso de la zampoña, a quien he visto además en presentación con Wara, junto a Luciel Izumi (charangista) y Bonny Lovy en el video “Palomitay”. Entraremos a revisar un poco de su recorrido musical.

El “Rey de la zampoña”

“Soy hijo de músico, vengo de una familia de artistas musicales, mi papá es músico también, Fernando Jiménez se llama, es especializado en la zampoña, su arte se destaca por el uso de la zampoña diatónica y cromática, llegando a interpretar música folklórica, clásica y jazz. Estudió la flauta traversa en la Escuela de Música de Tokio y ha dado numerosos conciertos en giras por América, Europa y Asia; su forma particular de tocar lo llevó a grandes escenarios, presentando conciertos en los Estados Unidos, Asia y Europa.

A él lo conocen como el ‘Rey de la zampoña’ y a mí me denominan ‘el príncipe’, eso me lo gané en una vivencia con Omar León, cuando yo tocaba en Wara. Mi papá inició su carrera en 1977, acompañando de figuras notables como Ernesto Cavour y Luis Rico, de ahí lo de ‘Rey de la zampoña’.

Tiene temas que compuso como ‘Nina Naira’, ‘Koli pankarita’, ‘Yanacachi’, ‘Sueños’; y discos como ‘Zampoña de Oro’, ‘Rencuentro de dos mundos’, ‘Clásicos de Bolivia’.

Mi papá siempre nos inculcó esa musicalidad en casa, yo no quería ser músico, no pensé en serlo ya que tenía otros planes de vida. Nací en los 90 y tengo recuerdos de ir a ver a mi papá a sus tocadas, él estaba Wara, entonces desde muy niño me enredo con la música.

De a poco iba escuchando y conociendo la historia de mi papá, toda la amplitud que había tenido y con todas las personas que llega a tocar, por ejemplo, con Ernesto Cavour, Donato Espinosa, Jorge Rodríguez, Luis Rico, Luis Pili, César Junaro, Freddy Santos, Víctor Hugo Mena, Pepe Eguino, José Luis Morales, entre muchos otros.”

El fútbol y la música

“En lo personal llego a la música por accidente, mi sueño era ser futbolista, estaba en la academia de fútbol del Club Bolívar cuando era más joven, jugaba, viajaba, trataba de hacerlo de una manera profesional. Algo que nos motivaba eran los buenos años en competencia para el país, tuvimos la clasificación al Mundial de los Estados Unidos y el primer partido con Alemania; después fuimos subcampeones en la Copa América, el campeonato más representativo del continente. Había buenos jugadores, leyendas como Marco Antonio ‘Diablo’ Etcheverry, Julio César Valdivieso y Erwin Sánchez.

Entonces pasó lo peor que le puede pasar a un futbolista, me lesioné irreversiblemente, me corté los ligamentos; ya no pude jugar profesionalmente nunca más, eso fue en febrero de 2003, cuando tenía unos 13 años. Pasaron seis meses y en el proceso de recuperación, que es estar con yeso, la fisioterapia, no pude ir al colegio, estaba en el San Fernando, en la calle Cochabamba y Murillo, de modo que agarré los instrumentos que había en casa y me puse a jugar con los charangos, guitarras, flautas, zampoñas; además estaba el taller de mi papá.

Al final tomé la zampoña y tuve una conexión con ese instrumento. Mi papá viajaba mucho así que comencé a sacar algunos temas a puro oído, se podría decir que fui un músico empírico de la zampoña; algunos temas los comencé a sacar solito. Cuando mi viejito volvió a casa le conté que aprendí a tocar, que practiqué, entonces se emocionó y me instruyó un poco más, me dijo que fuera a tocar con ellos, me enseñó dos a tres temas más, y aproveché la renovación de Wara. Nunca tuve miedo a los escenarios, en esa maduración, para ser un poco más profesional, tomé clases con mi papá.

Para mis 15 años grabé mi primer álbum en Discolandia, llamado ‘Dos generaciones’. Ahí todavía no era ‘Kicho’, sino que figuraba como Marco Antonio. ‘Kicho’ es mi sobrenombre: cuando muere el futbolista Marco Antonio nace ‘Kicho’ el artista.

Para ese primer disco decidí poner mi nombre de pila, esto fue en 2005, pero a partir de eso comencé a darle prioridad a la música, a aprender de otros músicos que admiraba y que escuchaba; comencé hacer giras con mi papá, a dedicarme exclusivamente a la música, algo que se complementó con el arte corporal porque con mi hermano empezamos a hacer aretes y tatuajes, actividades por las que opto de una manera profesional: hago perforaciones.”

Wara

“A partir de eso comienzo a tocar y grabar discos, a tocar con Los Chaskas. Voy conociendo a artistas de mi generación, eso ya por mis 20 años. Después soy parte de Wara por una ausencia del vientista, quien tuvo que salir de la banda por temas profesionales. Rolo Encinas tenía su proyecto con Música de Maestros y viajaron a Japón para una gira, entonces ahí quedó una bacante y mi viejito me dice que por qué no audicionaba, que me podía ir bien, que era una oportunidad; fui al casting, como ya sabía sus canciones y Carlos Daza me conocía… además que había un cariño de confianza, y así lo logré.

Entré oficialmente a Wara y la siguiente semana teníamos presentación en Potosí, Llallagua. Entré como primera zampoña, mi papá pasó a la quena. Empecé a cambiar la imagen, había una transición musical, aprendimos de los más estrictos como Dante Uzquiano, Nico Suárez, Rolando Encinas, Omar León; ha sido muy linda experiencia, después entró el hijo de León a la batería.

Gracias a todo eso es que me hago conocer en el medio musical, Wara me ha permitido reconocer la amplitud musical y tener la responsabilidad de tocar profesionalmente, ahí inicia todo en mi carrera musical, en adelante era ganar un poco de respeto. Es difícil ponerse la camiseta de los grandes –a veces se choca en conceptos musicales– y unificar a las nuevas generaciones.”

Lo nuevo

“Después de esa experiencia conocí a otro tipo de músicos, como Bilo Vizcarra de Los Bolitas, a Petrus de Oz, al Grillo Villegas. Me acuerdo que en diciembre de 2003, cuando fue el cumpleaños de Ricardo Zelaya –dueño del Equinoccio–, pude tocar con el Grillo, después con Octavia, fue un lindo momento; además se trataba de hacer un mix con el rock nacional y la zampoña.

Mi labor con Los Bolitas es algo similar, una inclusión más fluida y versátil por insertar al rock nacional o funk con la zampoña, hemos ido fusionando; es un proyecto muy interesante.”

Fuente:
La Época

TV / Vídeo / Radio

Búsqueda temática

Buscar