La noticia principal tiene que ver con las sanciones. Ayer el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, confirmó que EEUU ha aprobado emitir una licencia que permitirá a ese país explotar gas de un yacimiento venezolano denominado Dragón, para su exportación internacional. Se trata de un proyecto que habían desarrollado conjuntamente Venezuela y Trinidad, que se concretó en 2018 pero fue frustrado por el recrudecimiento del bloqueo gringo contra Pdvsa.
Rowley dijo que gestionó por meses ante Washington esta licencia y que este proyecto beneficiará a Trinidad y a Venezuela, pero también a los países del Caribe e incluso a Europa, que recibirán gas venezolano. La licencia todavía no ha sido emitida. Rowley dijo que esta “flexibilización de sanciones” está aprobada pero «con condiciones específicas que deben ultimarse».
Al parecer, aunque se podrá exportar el gas, los gringos no permitirán que Pdvsa reciba pagos en efectivo. Por eso, el trinitario dijo que la cosa se hará como se ha hecho en otras ocasiones: pagarán “en especies”. Podría ser con medicinas u otros “insumos humanitarios”. En cualquier caso, esto significa una nueva pequeña apertura, una nueva “rasgadura” en la camisa de fuerzas que la casa Blanca ha impuesto a Venezuela.
Es evidente que el castigo de Washington no solo perjudica a los venezolanos, sino también a otros países, como las islas de Caribe, por ejemplo. Pero solo cuando Europa necesita gas, por el bloqueo que le impusieron a Rusia, es que EEUU hace estos movimientos. Estas fueron palabras del primer ministro Trinitario:
“LO QUE ESTO SIGNIFICA ES QUE LAS RESTRICCIONES EN EL DESARROLLO DEL CAMPO DE GAS DRAGÓN AHORA SE HAN ALIVIADO Y TODAS LAS PARTES RELEVANTES PUEDEN AVANZAR EN LOS PLANES PARA QUE EL GAS NATURAL DE VENEZUELA FLUYA EVENTUALMENTE DESDE ESTAS RESERVAS PROBADAS A TRINIDAD Y TOBAGO Y LUEGO AL CARIBE, EUROPA Y OTROS MERCADOS TRAYENDO MUCHOS BENEFICIOS HUMANITARIOS A LA POBLACIÓN VENEZOLANA Y MAYOR SEGURIDAD ENERGÉTICA A LA REGIÓN DEL CARIBE”.
