“¡Urviola es un abogado convencional! ¡esta es una guerra irregular!” exclamó exasperado Vladimiro Montesinos. Giulliana Loza, Carlos Raffo y Julio Castiglioni también son, para él, ‘convencionales’ que no entienden la eficacia de métodos irregulares como un soborno de tres millones de dólares. Con ustedes, dos nuevos audios del ‘Doc’.
IDL-Reporteros ha obtenido dos nuevos ‘Vladiaudios’ que no se han dado a conocer hasta ahora. Los dos corresponden a las conversaciones telefónicas sostenidas entre Vladimiro Montesinos y el comandante EP (r) Pedro Rejas antes de la revelación pública hecha por Fernando Olivera en la tarde del jueves 24 de este mes.
Los dos audios que IDL-R ahora publica son grabaciones de momentos diferentes de la conspiración que Montesinos urdió desde la comodidad operativa del CEREC en la Base Naval, para comprar –mediante un soborno de tres millones de dólares– a tres de los cuatro magistrados del JNE para que le dieran a Keiko Fujimori la victoria electoral, a través de una anulación masiva de mesas electorales con votación ampliamente favorable a Pedro Castillo.
Si bien eso ya quedó claro en los audios publicados previamente, estos dos añaden importantes detalles, explicaciones y nombres que permiten entender mucho mejor cómo piensa y complota el viejo espía; y cuánto sabe y cuánto ignora de la realidad actual.
El primer audio es una conversación que tuvo lugar unas horas antes de que el Departamento de Estado de Estados Unidos declarara el martes 22 pasado, a través de su portavoz, Ned Price, que las elecciones en Perú fueron justas, ejemplares y “un modelo de democracia en la región”.
En el diálogo con Rejas, Montesinos suena exasperado ante la falta de respuesta a sus consejos y planes conspirativos.
Los fujimoristas, dice el ‘Doc’, “están yendo a lo clásico, lo convencional y eso no va a funcionar”. La única solución es operar a través de “Guillermo” [Sendón] para pactar el pago a los tres magistrados supuestamente corrompibles y así garantizar el resultado.
“Hay guerra convencional y guerra no convencional” dice el ‘Doc’, “en guerra no convencional tienes que utilizar procedimientos especiales”. A los abogados “convencionales, no les van a hacer caso, porque el procedimiento es irregular”. Es decir: la razón no sirve, pero la cutra sí.
“No dejen pasar más el tiempo, compadre, porque van a pronunciarse en contra y ya no va a haber ninguna opción” urge Montesinos, “acá se está jugando el todo por el todo”.
Cuando Rejas dice que “esta persona” [su interlocutor en FP] “aduce que no tienen fondos”, Montesinos se exaspera: “¡Si no tienen, que lo busquen, pué compadre!”.
Rejas le pregunta si tiene una idea de “¿a quién se puede tocarle la puerta?”, Montesinos responde, en el mismo tono irritado: “si ellos que están afuera no lo pueden hacer, ya pues qué vamos a hacer, hermano…unos huevones son, a la vela, si no lo pueden hacer… tienen un montón de gente que los ha financiado, que les toquen la puerta…”.
Esa –el soborno de tres millones contra resultados–, es la única alternativa, insiste Montesinos. Cuando Rejas menciona al abogado Urviola, Montesinos regresa a su tema central: “¡Urviola es un abogado convencional! ¡esta es una guerra irregular!”. Ahí está, en pocas palabras, la fórmula operativa que el ‘Doc’ aplicó a lo largo de toda su trayectoria.
Luego de extenderse algo más sobre el tema, Montesinos se animó a sugerir posibles fuentes de financiamiento para el soborno:
“Ahí tienen pues al hijo de Dionisio Romero… ¿sabes a quién lo pueden buscar también al Arturo Woodman? […] está muy vinculado a Dionisio Romero […] que conversen con él y que él converse con Dionisio Romero y que vean cómo los apoyan […] y a última hora que le pidan al Porky también pué, […] que hablen con la Yarrow y la Yarrow habla con el Porky… pero no se duerman, el tiempo está en contra”.
No solo el tiempo estaba en contra.
El segundo audio, grabado el lunes 21 de junio, vuelve sobre algunos de los mismos temas (guerra ‘convencional’ vs guerra ‘no convencional’ como justificación estratégica de la cutra) pero desarrolla también uno nuevo.
Antes, va dejando saber su opinión sobre la gente que asesora a Keiko Fujimori… “ ¡se está confiando en la Loza…! No tiene, pues, un operador estratégico…”. Luego dice Montesinos que mandó un mensaje [todo indica que a Keiko Fujimori] a través “de la hija del ‘Chizito’” [el comandante EP Juan Valer Sandoval, quien murió en la operación Chavín de Huántar], “de que qué [sic] es lo que tenía que hacer… pero la chica se muere de miedo…” y siguen algunas interjecciones.
Cuando Rejas aventura que “por ahí el que tiene fuerte intervención es Raffo”, Montesinos clava el mismo argumento (o la misma palabra): “ Sí pues, pero Raffo es convencional, hermano. El Raffo tendrá mucha fuerza, pero van a perder hermano”.
Sin solución de continuidad, Montesinos aconseja otra acción en paralelo: ¡Acudir a la CIA, para que esta haga actuar al gobierno de Estados Unidos! Si eso funcionó en los noventa, ¿por qué no ahora?
“Mira” dice Montesinos, “ellos lo que tienen que hacer es ir a la embajada de Estados Unidos, y hablar con el de inteligencia de la embajada, llevarle toda la documentación del fraude [sic] […] tendrían que ir a la embajada y hablar con el encargado de inteligencia de la embajada, que se llama Oficina de Asuntos Regionales”.
La “Oficina de Asuntos Regionales” es el eufemismo diplomático con el que se designa a la estación local de la CIA.
A continuación, Montesinos sugiere su jugada estratégica:
“Puede ir el marido de ella [de Keiko Fujimori], como es norteamericano, puede ir a su embajada, llevar los documentos, mostrarlos, dejarlos al de la embajada, y pedirle que los remitan al jefe de ellos en Washington. Y en Washington el jefe [de la CIA, se entiende] le da cuenta al presidente de allá, y se pide que la vocera de la Casa Blanca emita una declaración, para evitar que Cuba, Venezuela o Nicaragua se impongan en el Perú. Con una declaración de esas tiene, pues, un peso grande”.
Cuando Rejas, aparentemente impresionado, coincide, Montesinos remacha con rabia:
“¡Claro pues, carajo, puta madre. Eso lo he mandado a decir hace varios días, y no me hacen caso hermano!”.
En la vida hay todo tipo de incomprensiones…
“Se están tardando” insiste luego Montesinos, “y van a perder soga y cabra. Y entonces ahí se fue a la mierda todo. El papá se quedará ahí y la chica [Keiko Fujimori] ahí terminó su carrera”.
Luego de decir que, pese al peligro, “si [Keiko Fujimori] hace eso con la Casa Blanca, con la documentación, les mete la yuca”, Montesinos añade una información aparentemente muy útil.
“Ahora, te digo una cosa, la número uno donde yo trabajaba, la número uno actual [de la CIA] es compañera de universidad de mi hija mayor. […] Han compartido la misma habitación en la universidad. […] cuando mi hija estaba estudiando allá. Si tú me dices que han presentado eso en la embajada le digo a mi hija que se comunique con la amiga, para empujar la declaración de la Casa Blanca”.
“Ya compadre” termina Montesinos, “Mira, te estoy dando todas las llaves. Esos son unos huevones a la vela”.
Pero había algunos problemas con el consejo estratégico para la introducción involuntaria de la yuca.
Si Montesinos se refirió a Gina Haspel, la veterana espía, nombrada directora de la CIA por Donald Trump, le faltó actualizar información.
Haspel cesó como directora de la CIA en enero de este año, poco antes de la inauguración de la administración de Joseph Biden, y pasó al retiro. El nuevo director de la CIA es el diplomático y ex-director del Carnegie Endowment, William Burns.
Si, saliendo de la CIA, se refirió a Avril Haines, la nueva (nombrada por Biden) Directora Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, sería muy interesante escuchar la reacción de Haines si, por alguna casualidad, le dijeran que Vladimiro Montesinos, el de la Operación Siberia, ha sugerido desde la cárcel mandarle unos documentos sobre un supuesto fraude electoral en Perú.
Judoka, librera, además de abogada, física y alguna vez mecánica, Haines fue una cercana colaboradora de Obama y ahora lo es de Biden. Todo indica que tiene el talento para apreciar las ironías de la Historia, pero a la vez la capacidad de resumir mucha información en pocas palabras. “¿Montesinos? ¿Nuestro Noriega de Sudamérica, el que terminó vendiendo fusiles a las FARC?”.
Lo cierto es que la respuesta llegó antes de la pregunta. El gobierno de Biden puso especial énfasis en destacar la calidad modélica, como proceso democrático, de las elecciones en Perú.
Los antiguos trucos del pasado no sirvieron ya al viejo espía. El tiempo no lo hizo mejor persona, solo lo desactualizó.
[Actualización, a las 17:28 del 1 de julio]
En una declaración enviada a través de Llorente & Cuenca, Dionisio Romero, presidente del Grupo Romero, indicó que “ni conozco, ni he tenido contacto alguno con estas personas [Vladimiro Montesinos y Pedro Rejas], ni he participado jamás de acciones como las que describen durante la conversación. Rechazo de forma categórica el uso de mi nombre en este contexto, así como la intención expresada en estos audios de corromper la justicia electoral”.