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02/01/23
Temas: Educación
Regiones: Bolivia
Bolivia: La falsedad de la tesis del adoctrinamiento mediante los textos de aprendizaje
Por Carlos Echazú Cortéz

En las últimas semanas ha recrudecido una acusación de parte de la oposición política al Ministerio de Educación en relación a que, mediante los textos de aprendizaje, se estuviera adoctrinando a los estudiantes. Se intenta sustentar esa afirmación señalando algunos pasajes de los textos en sus capítulos de Ciencias Sociales de secundaria, que hacen referencia a la interrupción constitucional acaecida el año 2019.

Siendo que las versiones no coinciden con las suyas, entonces, muy indignadamente, aseveran que cuando se promueve sólo una versión de los acontecimientos históricos, se produce el adoctrinamiento de los estudiantes. Se provecha la oportunidad para agregar mayores adjetivos: “Esto sólo lo hacen los regímenes totalitarios”, dicen.

Ahora bien, la arremetida de la derecha merece varias reflexiones. Por un lado, tenían la necesidad de denostar uno de los logros más significativos que se ha alcanzado en los últimos años en las políticas educativas: la entrega gratuita de textos de aprendizaje, por segundo año consecutivo, a todos los estudiantes del país. Se trata de más de 2 millones 700 mil textos distribuidos entre un equivalente número de estudiantes. Ese logro es tan significativo que marca un hito histórico. Obviamente, la derecha tenía que mancharlo para que no aparezca en su justa dimensión.

En segundo lugar, si bien los textos de aprendizaje distribuidos entre los estudiantes son de uso obligatorio (puesto que se ha gastado recursos en su impresión), no hay nada que impida a maestras, maestros, estudiantes (o padres de familia) que complementen dichos textos con otras lecturas  de internet o textos impresos que estén accesibles en bibliotecas, que se tengan en casa o que se provea de familiares o amistades. Con esa consideración cae por la borda la acusación de adoctrinar a los estudiantes por permitir sólo una versión de la historia. Eso no es así. En nuestra sociedad, la derecha hace uso ilimitado de su libertad de expresar sus versiones por todos los medios que tienen a su disposición, que no son pocos.

Ahora bien, lo que en realidad molesta a la derecha es que se les proporcione a nuestros estudiantes la información en torno a que en 2019 se produjo un golpe de Estado y que en ese contexto se masacró a más de 30 personas. He ahí, el tema central de sus preocupaciones. Ellos no están preocupados por temas democráticos, jamás lo han estado. Su preocupación es que se difunda la verdad de lo ocurrido: realizaron un golpe y masacraron a gente humilde.

Razonando un poco más sobre el tema, se tiene que la derecha realmente es irracional: ¿Pretenden que desde el gobierno se promueva su versión de los hechos?, ¿pretenden que la fuerza política a la que derrocaron mediante un sangriento golpe de Estado, otorgue la versión de la derecha? Las pretensiones irracionales de la derecha parecen no tener límite alguno.

Finalmente, abordando el tema pedagógico, se tiene que la descolonización de la educación, -principio que inspira toda la ley Avelino-Siñani Elizardo Pérez- es lo más alejado que se puede concebir del adoctrinamiento a los estudiantes. En realidad, se trata de inculcar a los estudiantes un enfoque crítico. Se aspira promover que aprendan a pensar con su propia cabeza. Eso se pretende lograr abandonando el tradicional enfoque positivista de la historia, muy afín a las visiones liberales y neoliberales, que consideraban que se trataba de contar hechos, memorizar nombres y fechas. Por el contrario, ahora se quiere lograr que los estudiantes aprendan procedimientos de interpretación, de contextualización, de análisis; pasar de la descripción mecánica, sin sentido, al plano explicativo, donde la historia cobre sentido. Eso es la descolonización, dar la vuelta los enfoques tradicionales de todos los procesos históricos para descubrir nuevas perspectivas; las visiones que se tienen desde los sectores humildes, las historias negadas, escondidas, invisibilizadas.

Se pretende así mismo promover la intra y la interculturalidad: por un lado, el fortalecimiento de las culturas nativas, relevando sus cosmovisiones y perspectivas y, a la vez, promoviendo las interrelaciones culturales -armónicas y de mutuo aprendizaje- de las diversas naciones originarias de nuestro país.

A todo esto, la derecha ha denominado “ideologización de la Educación”, porque tienen temor que la Educación -la fuerza liberadora más potente que tiene la humanidad, según Mandela- ejerza su influencia poderosa hacia la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y libre. Respondemos, ¿acaso no era ideologizada la educación neoliberal de la Reforma Educativa, con su promoción del individualismo y la competencia destructiva? Eso sí era adoctrinar a los estudiantes, ponerles un bozal para que sólo miren su camino, sin importarles la comunidad a la que se explotaba y oprimía, ni a la Madre Tierra, a la que se destruía sin piedad y sin advertir que estaban destruyendo su propia morada.

Fuente:
La Epoca

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