La Escuela de Formación Política Emancipación
La Escuela de Formación Política Emancipación es un espacio de estudio, investigación y formación para contribuir con el proyecto de construir la Patria Grande latinoamericana y caribeña.
Nuestra Escuela defiende las ideas del socialismo bolivariano y el proyecto del ALBA, como espacio de unidad rescata las mejores tradiciones de lucha de los pueblos de Nuestra América.
El rescate y desarrollo de las ideas del socialismo latinoamericano es una tarea que requiere de gran amplitud y profundidad en el pensamiento.
Durante décadas las corrientes ideológicas revolucionarias en Nuestra América se enfrentaron entre sí, no sólo perdiendo de vista al enemigo principal, sino también desaprovechando la potencialidad de complementar ideas, doctrinas y análisis.
El dogmatismo construyó paredes que parecían infranqueables, evitando el encuentro de lo mejor del pensamiento universal, con lo mejor del pensamiento autóctono. Los marxistas repudiaban todo lo referido al patriotismo, los nacionalistas descalificaban a los socialistas por eurocéntricos, los indígenas desconfiaban de los cristianos y los cristianos atacaban el ateísmo marxista…
Parecía imposible que se conformara en estas latitudes un pensamiento revolucionario auténtico, vigoroso, genuinamente emancipador.
Hoy, la propia realidad, la lucha de clases y la experiencia acumulada han comenzado a forjar un cuerpo de ideas funcional a los intereses de las grandes mayorías populares, con la irrupción de un socialismo verdaderamente latinoamericano como herramienta de liberación.
La lucha antiimperialista por la definitiva independencia transita por el camino del socialismo revolucionario. Educarnos en ese cuerpo de ideas es una tarea ardua, pero insoslayable.
La Escuela de Formación Política Emancipación aporta y busca sumar esfuerzos en esa estratégica labor.
El Proyecto Emancipación
El Proyecto Emancipación, nació a principios de los años 90, en la ciudad de Córdoba, Argentina, fundada por un grupo de trabajadores, algunos jóvenes y otros fogueados en las intensas luchas de los años 60 y 70, con la conducción del maestro Denís Conles Tizado, con la decisión de unir experiencias para trabajar en la lucha ideológica, constituyendo un foco de irradiación de las ideas patrióticas y revolucionarias, arrinconadas para ese momento por el embate neoliberal.
Comenzó con la edición de la revista Cuadernos para la Emancipación, una página web, una pequeña productora de micros radiales y un programa en vivo y los cursos de formación política. Siempre trabajando con el movimiento obrero y con jóvenes estudiantes de los sectores populares.
En 1997 se sumó a la iniciativa lanzada por el comandante Chávez de conformar el Congreso Anfictiónico Bolivariano, idea que había nacido en 1995 pero que por diferentes motivos no se había podido cristalizar. Siendo fundadores del Congreso Bolivariano de los Pueblos que funcionó hasta el año 2006.
Actualmente, a través de la Fundación Emancipación, sostiene el Portal Alba, la Escuela de Formación Política, la Biblioteca Virtual y una Editorial.
La batalla de ideas
«Trinchera de ideas valen más que trincheras de piedras», José Martí.
Creemos, como lo enseñaba Fidel Castro, que La batalla de ideas, la batalla cultural, es la madre de las batallas.
El Proyecto Emancipación surgió con el objetivo de volver a instalar, especialmente entre las nuevas generaciones, lo mejor de la tradición del pensamiento revolucionario, constituido a lo largo de años de historia y lucha de clases: “Mantener encendida la antorcha”, era la tarea principal en ese momento de adversidad, explicaba Denís Conles Tizado.
Lo esencial, entendíamos, era reconstruir el eslabón roto por la ofensiva imperialista, unir las experiencias históricas acumuladas por las masas populares con el presente de lucha y resistencia.
El trabajo era difícil. La tremenda represión de la dictadura militar oligárquica y el aluvión neoliberal, habían hecho estragos en la conciencia de los trabajadores argentinos.
Era la época en que la palabra “revolución” era censurada con premura; quienes hablábamos de patriotismo éramos acusados de “nostálgicos”, cuando no de fascistas; y la izquierda era sólo material de estudio para aquellos que desde la Universidad intentaban descalificarla con moldes académicos. Los ex-marxistas proliferaban y aparecían nuevos “ismos” para consumo de una intelectualidad complaciente, aggiornada y sostenida económicamente por un sinnúmero de ONGs europeas y norteamericanas.
La arremetida neoliberal, además, facilitaba la adopción del pensamiento socialdemócrata como una de tabla de salvación para quienes se resistían a caer bajo el embate de la ideología dominante, sin advertir que, en última instancia, por ese camino terminaban cediendo y claudicando en los principios.
El discurso reformista, entonces, se presentaba como la opción “más a la izquierda” en la lucha de ideas. El neoliberalismo y socialdemocracia formaban un combo perfecto frente la derrota de las fuerzas populares y el pensamiento revolucionario. El “ala izquierda” de la ideología dominante se hacía fuerte en la Universidad y en los espacios culturales, que se llamaban a sí mismos como alternativos.
En el Sur del continente, la victoria del pensamiento único impuesto desde los centros mundiales del poder imperialista, había sido precedida de feroces dictaduras genocidas. El terrorismo de Estado se había ensañado fundamentalmente con los genuinos representantes del movimiento obrero y la intelectualidad patriótica y revolucionaria. El hecho de que más del cincuenta por ciento de los detenidos-desaparecidos en la Argentina, hayan sido de la clase trabajadora, es un dato muy relevante y, quizás por eso mismo, poco conocido.
Es así que el Proyecto Emancipación se constituye como una organización para la batalla de ideas, que surge desde el seno la clase trabajadora y para la clase trabajadora, emergiendo de la experiencia de lucha del pueblo argentino contra el imperialismo, sus lacayos nativos, la partidocracia corrupta y el gran capital.
Es la emancipación de la Patria contra el imperialismo, emancipación de la clase obrera contra el capital y emancipación de la mujer contra la sociedad patriarcal y machista.
En el rescate de lo mejor de las tradiciones revolucionarias, el Proyecto Emancipación recoge el legado latinoamericanista y unionista, entendiendo que la integración de Nuestra América es un capítulo insoslayable en la lucha por la revolución socialista mundial.
El socialismo latinoamericano
Durante los años sesentas, siguiendo la tradición del socialista Manuel Ugarte, otro argentino, Jorge Abelardo Ramos, le dio madurez a la tesis del marxismo bolivariano, dando origen a una corriente del Cono Sur que defiende la unión del marxismo con la tradición histórica de luchas de nuestros pueblos.
Dicha tesis sostiene que las masas populares que combatieron junto a los Libertadores, hoy están representadas en las masas obreras latinoamericanas caribeñas. Por lo tanto, la tarea inconclusa de la primera ofensiva independentista y unionista deberá ser continuada y concluida por el proletariado, en el camino de la construcción del socialismo y con la ideología de la clase trabajadora: el marxismo. Pero no se trata de un marxismo de “copia y calco”, como decía José Carlos Mariátegui, sino un marxismo vivo, no mecanicista, no dogmático, no sectario.
Para este encuentro de Bolívar y Marx, desde el sur, trabajaron hombres de la talla de Rodolfo Puigróss, José Hernández Arregui, John William Cooke, Vivián Trías, Sergio Almaraz, Luis Vitale, René Zabaleta Mercado, Ortega Peña, Andrés Solís Rada, entre otros.
Coincidiendo con esta perspectiva histórica, la Escuela de Formación Política Emancipación tiene experiencia de trabajo con militancia popular en las ideas del Socialismo Bolivariano.
Y es que el Socialismo Bolivariano ha sumado lo mejor del pensamiento de la cultura popular, impugnador de las ideas dominantes –tal como lo enseñaba Lenin–, configurando un sistema de ideas de enorme fortaleza y profundas raíces, en el cual convergen el cristianismo igualitario del Jesús de los pobres, la praxis comunitarista de las culturas indígena y afroamericanas, el patriotismo latinoamericano caribeño antiimperialista y el socialismo científico de Marx, Engels y Lenin.
Esta “fórmula explosiva” es la que hoy nutre, en mayor o menor medida, los procesos revolucionarios latinoamericanos caribeños; con elementos dominantes en cada uno de ellos, pero en una confluencia que cada vez más se revela como imprescindible para asumir con posibilidad de triunfo la lucha anticapitalista y antiimperialista de hoy: Marx y Martí fueron la fórmula en Cuba; Jesús, Sandino y Marx en Nicaragua; Bolívar, Zamora, Rodríguez, Marx, Guaicaipuro, Leonardo Chirinos y Jesucristo en Venezuela; Tupac Katari y el Che en Bolivia.
Por el contrario, sin la fusión del pensamiento y las tradiciones reales y raizales de lucha del pueblo, la izquierda marxista, muchas veces eurocentrista, escolástica y dogmática –aunque en muchas ocasiones protagonizó heroicas jornadas de lucha–, no lograba constituirse como opción verdadera de poder. El marxismo en nuestra región, ni siquiera lograba entrar con fuerza en la propia clase obrera latinoamericana y caribeña, por carecer de la debida comprensión del modelo capitalista dependiente y el rol del imperialismo en las semicolonias.
Por su parte, el patriotismo popular, aunque tuviera un perfil antiimperialista, al no incorporar el socialismo como base sustancial del programa de liberación nacional, sólo llegaba a los límites que, consciente o inconscientemente, le imponía su propio proyecto de capitalismo autónomo. Tales son los casos de Juan Velasco Alvarado en el Perú, Juan Domingo Perón en la Argentina, Lázaro Cárdenas en México, Omar Torrijos en Panamá o Getulio Vargas y Joao Goulart en Brasil.
El cristianismo de la Teología de la Liberación, si bien influía en un sector importante de las comunidades de base, nunca se planteó la toma del poder en ningún país de la región, ni aún hoy.
Y los poderosos movimientos indígenas y campesinos, si bien demostraron en los países con importante presencia originaria, que llegaban a derrocar gobiernos, nunca habían tenido la capacidad para articular al resto de los sectores populares a fin de desplazar a las clases dominantes de los gobiernos de turno.
Con la irrupción del movimiento bolivariano, a partir de la alianza estratégica pueblo-ejército y la fusión ideológica de corrientes revolucionarias de honda tradición en el pueblo venezolano, que se conquistó el gobierno en Venezuela.
El “Árbol de las Tres Raíces” que sintetizaba el pensamiento y la acción de Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora y Simón Bolívar, fue la expresión genuina del patriotismo revolucionario que inspiró a los militares nacionalistas del 4 de Febrero.
Con el correr de los años, y al calor de la misma lucha, bajo la conducción, inspiración y audacia del líder del proceso revolucionario, el comandante Hugo Chávez, a estas corrientes se le sumó la praxis afroindígena, el cristianismo igualitario y posteriormente el socialismo científico.
Este caudal profundo y fructífero, que sintetiza la experiencia histórica de los pueblos, es la fuente de conocimiento, estudio, análisis y prospectiva para la construcción de la Patria Grande.
La formación política para la batalla de ideas
La Escuela de Formación Política Emancipación, consecuente con sus más de 20 años de experiencia, ha dado formación a miles de revolucionarios en diferentes países de Nuestra América.
La Escuela ha recogido la experiencia de miles de trabajadores del campo y la ciudad, de profesionales e intelectuales comprometidos con la causa de los pueblos.
Actualmente, además de brindar diferentes cursos, se orienta a la investigación y producción de materiales didácticos y científicos que faciliten el estudio y la toma de conciencia de la clase trabajadora nuestroamericana.
Los cursos que se desarrollan y próximamente estarán disponibles en línea son:
- ¿Qué es el Alba? La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
- Introducción al Socialismo Bolivariano.
- La Globalización Neoliberal Imperialista.
- Realidad socioeconómica de América Latina y el Caribe.
- Claves para la comprensión de la historia de Venezuela.
- El origen de las clases sociales y Estado.
- El Capitalismo.
- El imperialismo.
- El Declive del Imperialismo Estadounidense.
En la batalla de ideas, con espíritu militante, decimos con General San Martín: “Libres o muertos, jamás esclavos”, un lema que renace en la consigna bolivariana: “Independencia y Patria Socialista”.
En eso estamos.
Fernando Bossi y Mónica Saiz
Directores