El 21 de febrero de 2022 quedará para historia el punto de inicio de un nuevo orden social, político y económico mundial que determinará el destino de nuevas hegemonías sobre el control de la humanidad en el planeta. Ese día el presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin oficializó el reconocimiento con rango de Nación a la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk; ambas naciones fueron parte del territorio de Ucrania, un país devastado por la corrupción y las divisiones políticas ideológicas que devinieron en numerosos golpes de estados, alta criminalidad, la desestabilización política, los fraudes electorales, la crisis económica hiperinflacionaria y las frecuentes manifestaciones violentas entre civiles ucranianos y prorrusos desde su separación de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviética o Unión Soviética (URSS) en 1991 hasta el presente. El gobierno de Víktor Yúshchenko (2005-2010) se caracterizó por ser un régimen que elevó los niveles de corrupción; intentó generar una política de privatización favoreciendo a las grandes trasnacionales occidentales. Promovió un esquema económico basado a los países occidentales de la Unión Europea; pretendió adherirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) presionado por su amigo George W. Bush y su esposa Kateryna Chumachenko, ciudadana estadounidense de origen ucraniano y quien fue agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
Yúshchenko impulsó la reinstauración en Ucrania del neo nazismo en todos los niveles del gobierno especialmente en el área de seguridad y defensa; buscó ideologizar la educación rescatando los valores del fascismo como fin supremo de una sociedad súper estructurada con sentimientos nacionalista, pero bajo la protección de los imperios occidentales. Tanto fue su afán de consolidar los lazos con los neo nazi que le otorgó póstumamente a Stepán Bandera la más alta distinción del país, el título de Héroe de Ucrania por “luchar por un Estado ucraniano independiente”; este acto perturbador de Yúshchenko tuvo su rechazo por la Embajada de Polonia en Kiev. La historia sabe que Bandera fue un fascista ucraniano y agente profesional de Hitler, apodado el “Cónsul 2” quien dirigió un discurso público en la ciudad Leópolis para la reconstrucción del “Estado de Ucrania Occidental” (1941). Hoy en día el legado de Stepán lo adoptaron los descendientes partisanos de la II guerra mundial que lograron escapar de Alemania tras la muerte de Hitler, una huida que se convirtió posteriormente en vida política clandestina para cada uno de ellos para luego viajar aproximadamente 1.547 km encontrar en Ucrania un refugio y así reconstruir sus ideas políticas aniquiladas en Berlín en 1945.
En el año 2010 finalizando su primer y único gobierno en plena desestabilización política y social por la corrupción galopante y el entreguismo hacia los imperios occidentales, se realizaron las elecciones presidenciales, Víktor Yúshchenko salió derrotado en la primera vuelta con el margen récord mínimo obtenido en la historia de Ucrania, 5,45%. El candidato del Partido de las Regiones y antiguo contendor prorruso Víktor Yanukovich de quien le habían declarado fraude electoral en el 2005 gana la presidencia con el 52% derrotando en la segunda vuelta a la oligarca y magnate del Gas, Yulia Tymoshenko. El gobierno de Yanukovich se enfrentó a una burocratización del sistema político institucional diseñado para proteger el Estado como un ente de derecha; intentó demoler estas estructuras políticas lo que le devino inmediatamente en una resistencia por parte de los políticos. Yúshchenko sabía que Yulia estaba socavando la república mediante una conspiración para revivir la Revolución Naranja y así generar las mismas condiciones del año 2005; sin embargo, sobrevino los resultados de una investigación por malversación de fondo y enriquecimiento ilícito en la que estaba involucrada la líder de derecha Yulia Tymoshenko y varios ex funcionarios. Fue detenida y sentenciada a prisión, pero esto trajo consigo mayor malestar para los líderes occidentales quienes comenzaron a gestar presiones internacionales para derrocar el gobierno de Yanukovich generándose la “Revolución de la Dignidad” o “Euromaidán” a finales de 2013.
Aunque este evento se pretendió percibir por los grandes medios de comunicación pro-occidentales como un estallido social espontaneo y heterogéneo, realmente fue concebido para derrocar un sistema político, que le sirvió a su vez de globo de ensayo a los países occidentales pro-imperiales. Ciertamente los líderes de las organizaciones políticas de la ultra derecha como el partido conservador y demócrata cristiano Solidaridad Europea o Bloque de Petró Poroshenko (BPP); la “Unión Pan-Ucraniana Libertad” (Svoboda); el partido demócrata cristiano “Batkivshchina” o “Unión de Todos los Ucranianos (Patria) y el partido de extrema derecha “Pravy Sektor” (Sector Derecho); todos ellos apoyados por la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Kiev estaban al frente de las manifestaciones violentas para derrotar el gobierno de Yanukovich; estos sectores financiados por las oligarquías nacionalistas de Ucrania sin duda alguna fueron los que tenían el pleno control de las protestas violentas y las exigencias de sus demandas.
El presidente prorruso se vio obligado a ceder ante algunas peticiones de estos grupos lo que devino en la firma de un Acuerdo la noche del 19 y 20 de febrero de 2014, pacto que la misma oposición inmediatamente no cumplió visto que tal convenio no representaba la caída de Yanukovich; el mandatario temiendo por su vida decidió renunciar a la presidencia y huir dos días después del Acuerdo. La Rada Suprema rápidamente tomó el control del gobierno y destituye a Yanukovich por falta absoluta para elegir al presidente interino quién sería el presidente del parlamento Volodímir Rybak, pero éste renuncia seguidamente motivado a la desbandada de la mayoría de sus compañeros, el quiebre del hilo constitucional y la presión ejercida por los manifestantes violentos que no querían a ningún gobernante que fuese amigo de Yanukovich; en su lugar, asume el derechista y proccidental Oleksandr Turchínov el 22 de febrero del 2014, amigo incondicional de Yulia Tymoshenko y compañero del Partido.
El gobierno interino de Turchínov duró 3 meses debido a que se convocaron las elecciones presidenciales para el 25 de mayo de 2014. El régimen efímero de Oleksandr se vio perturbado por dos importantes hechos; primero, se negó a aprobar la Ley de Lenguas que había sancionado el parlamento donde se le daba al idioma ruso como lengua Cooficial junto al ucraniano; y segundo, las grabaciones filtradas de Yulia Tymoshenko donde manifestaba que se debían exterminar cerca de 8 millones de ucranianos prorrusos. Sin duda alguna, esto despertó un gran rechazo en la población, especialmente la del Este de Ucrania. En las elecciones presidenciales logra ganar el magnate del chocolate y pro unión europeísta, Petró Poroshenko. Su política se basó en el fortalecimiento de las relaciones con la Unión Europea (UE) para ingresar a ésta como miembro pleno; prometió como objetivo principal la integridad territorial de Ucrania rescatando los territorios de Donbás en cuyas zonas se encuentran las grandes minas del País y las mayores industrias cuya producción representa cerca de la mitad del porcentaje en el Producto Interno Bruto (PIB).
Los combates del ejercito ucraniano contra las auto-proclamadas republicas de Donbás se extendieron más de los esperado; Poroshenko no logró cumplir sus promesas, dejando un país en una guerra civil con más de 10.000 muertos y miles de desplazados; una economía destruida mientras avanzaba la dependencia con Washington adquiriendo una economía de puertos con Estado Unidos dejando al lado la producción nacional para así romper con todos los lazos que lo uniera a Rusia; el pueblo ucraniano perdía el poder adquisitivo. Poroshenko quiso silenciar los periodistas que recogían información censuradas en los medios de comunicación pro gubernamental; tal fue el caso del periodista de RIA Nóvosti Ukraina, Kiril Vishinski, acusado de alta traición por no compartir los mismos puntos de vistas con el gobierno. Poroshenko se quiso refugiar bajo los grupos nacionalistas y nazi de extrema derecha como el batallón Azov con sede en la ciudad de Mariúpol, otorgándoles amplios poderes impune y recursos económicos para defender a Kiev de los prorrusos simulando una Ley Marcial para cometer cualquier delito de lesa humanidad contra los pueblos de Donetsk y Lugansk; ley que le permitía controlar las elecciones presidenciales que se avecinaban y garantizar su reelección.
FIN DE UNA OLIGARQUÍA Y COMIENZO DE OTRA
Con un gobierno de Poroshenko que terminó siendo impopular en decadencia, marcado con alto y tenebroso índice de corrupción, el rechazo de la población y su sentimiento antisemita por resaltar las personas que lucharon para liberar a Ucrania bajo organizaciones nazi; Petró en las elecciones del 31 de marzo del 2019 fue derrotado por el humorista Volodímir Zelenski; un resultado sorprendente que fue producto de la desesperación del pueblo ucraniano en estar decepcionado de todas la elites oligarcas gobernantes que terminaron despertando sus esperanzas en una persona alejada de la política ordinaria. Zelenski es un comediante popular y empresario productor artístico que logró permear su simpatía en la población con un programa de sátira televisivo llamado el “Servidor del Pueblo” pero bajo un formato de antisistema; un experimento que en la actualidad intenta penetrar en los países que presentan problemas institucionales y desestabilización política para que sumerjan lideres prácticos dejándose ver como políticos que no son de derecha ni de izquierda, pero irónicamente sus conductas terminan en la derecha. El impulso que marco a Zelenski en la política fue su serie televisada lo que condujo a la idea de crear su propio partido político y llamarlo de la misma manera que el programa humorístico.
Los primeros años del régimen de Zelenski no ha sido distinto a los de sus predecesores gobernantes, sus promesas electorales se basaron en acabar con la corrupción de las oligarquías, rescatar la integridad territorial de Ucrania, adherirse a la Unión Europea; entregarle su soberanía de seguridad y defensa a la OTAN y minimizar la lengua rusa; pero al final de la cuenta un líder con un partido sin ideología ni proyecto político definido no llega muy lejos y sus promesas terminan en el basurero de la historia; porque Zelenski no es un estadista, es una especie de “showman political” en la nueva era con temperatura que se va enfriando. Volodímir que en su momento fue un acérrimo defensor de la libertad de expresión la comenzó aniquilándola silenciando con una mordaza tres medios de comunicación televisivos que fueron ZIK, 112 Ukrayina y NewsOne; sólo por el hecho de que se les vinculaban con los diputados Tarás Kozak y Víktor Medvedchuk, quienes son miembros de la Plataforma de Oposición-Por la Vida. Estos canales de televisión fueron objetos de señalamientos por Zelenski acusándolos de “obstaculizar el progreso de Ucrania hacia la integración europea y euroatlántica»; pero los motivos fueron dos; primero, los diputados son prorrusos y esta era razón suficiente para prohibir cualquier acción que oliera a favor de Rusia; y segundo, el partido Por la Vida había anunciado públicamente que iniciaría un procedimiento de juicio político contra el presidente Zelenski.
Este atentado contra libre expresión fue rechaza y condenada por todos los sindicatos de periodistas nacionales e internacionales; analistas, expertos y defensores de los derechos humanos manifestaron su reproche ante tal censura incurriendo en vías extra judiciales y usurpaciones de funciones para acelerar las sanciones contra estos tres canales: por supuesto que Washington respaldó a Zelenski; lo hizo mediante un twitter de la Embajada de EEUU en Kiev describiendo los esfuerzos de Ucrania por «contrarrestar la influencia maligna de Rusia», en defensa de su «soberanía e integridad territorial»; de la misma manera lo expresó Canadá en su cuenta oficial en Facebook. Por otro lado, la Unión Europea evitó aclarar su posición dejando un cuasi silencio cómplice aturdidor, pero con cierto sabor de apoyo a la medida de Zelenski. Sin dejar de asombrar al mundo el G7 no dudó en respaldar la censura. Sin duda alguna, los países pro-imperiales occidentales defender el derecho a la libertad de expresión es una cuestión de selectividad omnipotente para señalar quién dice la verdad y quién dice la mentira.
A Zelenski se le ha querido vincular con el pueblo judío como para darle un maquillaje de quien intenta ocultar su verdadero rostro de nazi; pero esta tarea ha sido imposible de adornar porque sus acciones van contra la filosofía de vida de un judío. El agua y el aceite es imposible unirlos por lo que ambos líquidos fácilmente se verán distinguidos; asimismo ocurre con esa pretensión. Zelenski ha logrado apertrecharse en el gobierno con apoyo de los paramilitares nacionalistas y grupos políticos oligárquicos de la extrema derecha herederos de Stepán Bandera, por lo que sería absurdo y contradictorio que estos nacionalistas ucranianos de la ultra derecha fueran parte de su cuerpo de seguridad y asesores políticos. Su baja popularidad en las encuestas lo han forzado a buscar mecanismos ilegales para darle Poder a estos grupos fascistas que buscan lograr neutralizar los territorios de Donetsk, Lugansk y Crimea; los crímenes que han ejecutado estos neo nazistas han sido terribles y lo grave es que la Corte Penal Internacional (CPI) les ha dado la espalda a los pueblos prorrusos masacrados en el Este de Ucrania sobre todo por el Batallón Azov. Hoy en día, Zelenski se ha convertido en el presidente que destrozó a Ucrania en mil pedazos por defender a un sector de las oligarquías en conflictos entre ellas donde las víctimas son el Pueblo ucraniano pleno.
RUSIA RECONOCE LAS REPÚBLICAS DE DONETSK Y LUGANSK
El 21 de febrero de 2022 el presidente de Rusia, Vladímir Putin reconoció la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk; decisión forzosa para garantizar la seguridad de la Federación con respecto a los intereses expansionista de la OTAN al obligar a Kiev adherirse a ese organismo, intenciones que venía materializándolas gradual y escalonadamente hasta llegar cerca de las fronteras de Rusia. La Alianza Atlántica, es una coalición militar intergubernamental que se rige por el Tratado del Atlántico Norte; su esencia es mantener la paz en el continente europeo con la inclusión única y exclusiva de Estados Unidos y Canadá. Ese Tratado de Washington (1949) como también se le conoce tiene como objetivo crear un sistema de defensa militar donde se protege a cualquier miembro de la OTAN si es atacado por fuerzas externas como lo establece el artículo 5 del tratado. Fue firmado inicialmente por EEUU, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca, Noruega, Islandia y Portugal; 12 países que habían apostado todo al Plan Marshall. En realidad, este organismo ha sido un mecanismo militar para frenar los avances económicos y tecnológicos de la otrora Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Sin duda alguna, esto no era aceptable para las potencias occidentales por lo que la promesa verbal hecha a Mijaíl Gorbachov de no expandir a la OTAN no debía cumplirse. La OTAN no ha reconocido que tal promesa se hiciera, aún y cuando la revista alemana Der Spiegel hizo público un documento que revelase la promesa de no expandirse; es obvio que la Alianza Atlántica no reconocerá nada que no estuviera escrito. Para Moscú era muy lamentable que tal promesa no se logró plasmar en firmas, sino en palabras que se las llevaría el viento de la guerra.
Antes y después de la caída del muro de Berlín, la OTAN ha expandido progresivamente sus fronteras adhiriéndose 18 naciones para un total de 30 miembros en la actualidad; a su vez, esto le ha permitido llegar a las fronteras con Rusia, pero sus expansiones van más allá; la Alianza ha hecho convenios con países que no pertenecen a Europa contradiciendo lo establecido en el artículo 10 del tratado, la cual ordena que sólo los países europeos podrán ser invitados a adherirse al organismo y para que surta efecto debe haber una aprobación unánime de sus miembros y el país aspirante tendrá que depositar su adhesión ante el gobierno de los EEUU; lo que representaría esto una especie de sumisión ante Washington entregando la soberanía de seguridad y defensa. Es importante conocer que el Comandante Supremo Aliado en Europa (Supreme Allied Commander Europe, SACEUR) es la columna vertebral del organismo y ha estado bajo el comando de un militar estadounidense; cargo exclusivo de Washington. Hasta la presente fecha de este análisis ese cargo lo ostenta el General estadounidense Tod D. Wolters.
Las repúblicas de Donetsk y Lugansk nacieron de las heridas sufridas por las elites nacionalistas gobernantes de Kiev; ambas regiones demográficamente guardan una relación histórica con el Pueblo ruso y por supuesto con Rusia. Estos territorios han estado bajo el dominio de los ucranianos prorrusos representado cerca del 90% de sus habitantes; cuya lengua es ruso. Kiev ha intentado realizar una limpieza étnica en esos territorios para aniquilar cualquier vestigio de Rusia por lo que respetar el Protocolo de Minsk no era una opción para los oligarcas ucranianos; querían recuperar esos territorios para crear las condiciones necesarias a la OTAN una vez adheridos; y así establecer bases nucleares y militares cerca del Kremlin. Kiev ha bombardeado diariamente a la población de Donbás; ha ejecutado crímenes de guerra realizados por las fuerzas paramilitares de extrema derecha contra los prorusos; el exterminio de mujeres, hombres, ancianos y niños ha sido desbastador causando un genocidio contra todo un Pueblo. Pero esta realidad los grandes medios de comunicación hegemónicos no lo reseñan porque la “veracidad” y “objetividad” de la información les son selectivas.
Donetsk y Lugansk al auto proclamarse repúblicas por su Pueblo y solicitar ser reconocidas por Rusia se crea un nuevo escenario en la geopolítica; el Protocolo de Minsk desaparece por razones obvias, pero se impone una protección a un Pueblo que ha venido siendo masacrado por los oligarcas nacionalistas de Kiev; en éste caso Rusia tuvo que decidir proteger a las poblaciones de ambas regiones y a su vez garantizar la seguridad de Moscú ante los avances expansionista que realiza la OTAN y el genocidio en las fronteras de Rusia. Estas 2 regiones de casi en su totalidad rusoparlantes y ruso étnicas que ahora se independizan buscan establecerse como naciones para lograr su propia autodeterminación y soberanía luego de tantos años de lucha y resistencia contra los regímenes de las elites del nacionalismo ucranio occidental; es necesario ser protegidas debido a que Kiev jamás aceptará tal independencia y usurará toda su fuerza militar y paramilitar para someter a esos pueblos de cualquier modo. Los crímenes que han cometido las fuerzas del ejército ucraniana y los paramilitares contra la población de Donetsk han sido denunciados por organizaciones internacionales como Human Rights Watch (HRW) y el Comité Internacional de la Cruz Roja donde afirman que Kiev ha atacado de forma indiscriminada con lanzacohetes múltiples «Grad» contra los civiles prorrusos en medio de un referéndum popular donde se decidiría la proclamación de las repúblicas respectivas efectuada el 11 de mayo de 2014; la masacre comenzó en la ciudad de Mariúpol y dio inicio a la Guerra de Donbás. Pero de estos los medios de comunicación hegemónicos pro-occidentales no dicen nada.
EL NAZISMO EN UCRANIA
Al terminar la II Guerra Mundial (1945) cerca de 10 millones de alemanes eran miembros activos del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP, por sus siglas en inglés); estos miembros eran dirigentes de distintos niveles; por supuesto que al morir Hitler esos militantes del nazismo debían huir de la Alemania ocupada por occidente al igual que los fascistas republícanos de Mussolini. Varios países en distintos continentes les abrieron las puertas a estas personas que temían por sus vidas; Ucrania no era la excepción. Los partisanos nazistas que decidieron quedarse en Ucrania comenzaron a reconstruir sus ideas políticas, pero sin dejar la esencia del nazismo; es de suponer que, este proceso político-social fue ejecutado con métodos adaptados a una nueva realidad dónde la prudencia debía ser la que imperase ante una propaganda bestial contra el nazismo. El legado del nazi Stepán Bandera ayudó a bañar la sociedad occidental de Ucrania con las ideas del nazismo, hasta el punto donde los presidentes nacionalistas de Ucrania han rendido honores y distinciones a Bandera. El culto al antisemitismo que poseen los oligarcas de Kiev llega al punto donde han resaltado como máximo héroes de la nación a personajes de la talla de Bohdán Jmelnitski, quien se le reconoce como el genocida que aniquiló a más de 100.000 judíos en 1648-1649 durante la guerra de aguas amarilla. O también los reconocimientos que le han hecho al Batallón de Azov donde se adoptó la fecha de nacimiento de Stepán Bandera como el día de conmemoración nacional glorificando el nazismo. Este último hecho fue rechazado por el embajador rabino de Israel Joel Lion el 2 de enero de 2021.
En Kiev existe un grupo de oligarcas nacionalistas moderados que han querido limpiarle la imagen a Zelenski de nazi haciéndolo ver como judío; por lo que al comienzo de su mandato le recomendaron acercase a Israel; es por ello que, en el 2019 Volodímir decide realizar un homenaje a las víctimas de la masacre de Babi Yar dejándose acompañar por el embajador de Israel Joel Lion. Irónicamente, años después éste mismo Embajador se quejó de Zelenski por su glorificación al nacismo. Dos eventos han ocurrido en el conflicto de Ucrania-Rusia con tinte antisemita que se deben analizar: el primero, fue la lamentable muerte de un civil israelí de nombre Roman Brodsky, de 37 años que huía de Kiev en una caravana de convoyes que se dirigían de Ucrania a Moldavia; fue vilmente fusilado por fuerzas del ejército ucraniano; las autoridades de Kiev manifestaron que fue un error mediante una confusión; ¿Pero, una confusión donde la única víctima era el ciudadano israelí? Se supone que venían varias personas en esa caravana y fácilmente se le podía aclarar a cualquier soldado ucraniano que el señor Brodsky no era un prorruso. ¿Acaso fue fusilado por su condición de judío? Es importante recordar que la zona donde fue fusilado el israelí Roman se encuentra a 80 kilómetros al sur de la ciudad de Kiev por lo que este territorio es ampliamente dominado por el Batallón de Azov quienes se manifiestan antisemitas y conocidos por sus prácticas bélicas basadas en falso positivos donde utilizan hospitales, escuelas y vecindarios para montar artillerías escudándose con los civiles. Y segundo, el rechazo por parte del Parlamento de Israel a Zelenski en negarle un discurso ante el pleno colocando como excusa que el Knéset estaba en receso y el edificio lo iban a remodelar proponiéndole que lo hiciera con un grupo reducido de diputados y mediante la plataforma Zoom; ésta contra propuesta fue rechazada por Zelenski. La pregunta: ¿Será qué los israelíes prefirieron evitar tal discurso evitando involucrarse con un gobierno nazi?
LAS SANCIONES COMO AMENAZAS USUALES Y ORDINARIAS
Inmediatamente que Moscú proporcionó protección a las repúblicas de Donetsk y Lugansk; Washington, la UE y sus aliados comenzaron a lanzar una lluvia de sanciones contra Rusia; esto para arrinconar al Kremlin pero que a su vez le servía a occidente que fuese visto como una advertencia a cualquier país que osara respaldar las acciones emprendidas por Rusia; es decir, que si un país pretendiese inmiscuirse en ese conflicto sería objeto de sanciones. EEUU y las potencias pro-occidentales han utilizados las sanciones como un método para socavar los sistemas políticos que no se sometan ante ellos. Sanciones totalmente unilaterales que no pueden ser recurribles sino con el mero hecho de bajar la cabeza y entregarse a Washington como esclavo. En el conflicto de Rusia y Ucrania se ha podio observa claramente el verdadero rostro de occidente; donde han utilizados hasta el deporte para acorralar a Rusia y hacerlo ver como el malo de la película; las sanciones han traspasado los límites de la sindéresis y el razonamiento lógico de las cosas elementales donde las víctimas han llegado hasta ser gatos; las potencias occidentales han permitido las manifestaciones de odio y genocidio contra los rusos mediante las plataformas de las Redes Sociales (RRSS) vinculadas a Meta Platforms; usando todo el aparataje de las grandes industrias famosas contra Rusia. Desde hace tiempo Moscú se viene preparando para estos eventos, incluso desde cuando era la URSS; puesto que han sido blancos de sanciones en el pasado, pero a su vez han sabido resistir hasta el punto de llegar ser una gran Nación demostrando estar en la punta de la tecnología en muchas áreas. Esto debe llevarnos a la reflexión de que el mundo no puede depender de los monopolios económicos porque terminan esclavizando a los pueblos. Por ejemplo, Elon Musk ha manifestado que creará el mayor servicio satelital de internet en el mundo a bajo costos; de esto darse, muchos países estarían recibiendo este servicio que pareciera un gran caramelo, pero si se porta mal, te podrían dejar sin servicio y sin derecho a quejarte; es de imaginarse que si una nación no responde a los intereses de las potencias occidentales la calificarían como país hostil y en momento decisivos ya se sabe para dónde agarra Musk como lo está haciendo actualmente en el caso de Rusia y Ucrania ofreciendo 3 meses de sueldo a quienes luchen voluntariamente a favor de los oligarcas de Kiev.
Una persona no puede lanzar un bumerán esperando a que no regrese; esto le está ocurriendo a la Unión Europea al imponerle sanciones a Rusia puesto que la Federación posee un mercado energético con los países europeos; uno de los grandes abastecedores de gas y petróleo a Europa es Rusia y si este mercado se bloquea los daños se revertirán; sería cuestión de poco tiempo para ver sus efectos. Europa recibe 46,8% del gas que consume de Rusia, según la Oficina Europea de Estadística (2021); lo que la hace ser una región importante para ambos; es decir, para Europa que compra y para Rusia que vende. Sancionar a Moscú sería como cortase el suministro a sí mismo. Rusia se obligaría a reorientar su gas hacia otros continentes mientras que Europa se congela ante una crisis energética producida por ellos mismos. Ni si quiera España que se beneficia directamente de Argelia por el gas recibido bastaría la cantidad que le suministra si Rusia deja de enviar gas y petróleo.
Varios países de Europa reciben el gas de Rusia a través de un enramado de tuberías que pasan por Ucrania, Bielorrusia y el Mar negro mediante los gasoductos Soyuz, Turkstream, Brotherhood y Yamal Europa; estos abastecen el 100% del consumo a Estonia, Finlandia, Moldavia, Macedonia del Norte, Bulgaria y Letonia. Entre un 51% a 90% del consumo a Alemania, Ucrania, Serbia, Eslovaquia, Polonia, Austria, Eslovenia, Hungría y Lituania. Entre un 31% y 50% del consumo a Luxemburgo, República Checa, Suiza, Dinamarca, Noruega, Italia, Rumanía. Y entre un 10% y 30% del consumo a Croacia, Grecia, Francia, Países Bajos, Turquía, Bélgica y España; según Bruegel en base a EntsoG y Eurostat. Otro enramado de tubería son los gasoductos de los proyectos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 que van desde Rusia hasta Alemania, pero por debajo de Mar Báltico. Este proyecto representará una solución para los países de la Europa occidental como Alemania, Reino Unido, los países bálticos y nórdicos que buscan garantizar la obtención del producto, disminuir costos en la importación y mantener la estabilidad de su valor para los europeos.
Rusia, desde el 2018 viene reduciendo su inversión en la deuda pública de EEUU a niveles históricos mínimos jamás vistos, esto obedece a una política económica preventiva para evitar los riesgos de las sanciones unilaterales por parte de las potencias occidentales; con estas acciones se busca desdolarizar la economía y proteger la inversión de Rusia ya que al mantener bonos de la deuda en una eventual sanciones estas se podrían ver congeladas. Por otro lado, al despojarse de estas inversiones le abre las posibilidades de deslastrarse de los dólares adquiriendo nuevas inversiones en otros productos incluyendo el oro u otras divisas de reservas alternativas ya que el dólar es una moneda sin respaldo mientras que reconocidos analistas económicos pronostican su irrevertible caída. Esta estrategia económica la viene realizando países como China e Irán. Es importante saber que el comercio exterior de Rusia y EEUU no es mayor a los que mantiene con Europa y China; por ejemplo, según informes del Banco Central de Rusia, entre enero de 2018 y junio de 2021, la participación del dólar en las reservas internacionales del país cayó desde el 45,8% al 16,4%. De la misma manera y en tiempo igual, la proporción del euro aumentó del 21,7% al 32,3% y la del yuan subió exponencialmente del 2,3% hasta el 13,1%. Sin duda alguna, varios países han comenzado adoptar políticas económicas similares para deslastrarse del dólar y esto lo sabe Washington; de hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido a sus socios que la participación del dólar en las reservas mundiales ha caído del 64,7% al 59,15 % en los últimos cinco años. Al mismo tiempo, la proporción del euro ha pasado del 19,68 % al 20,48 % y la del yuan, desde 0% hasta el 2,66 %. Es decir, las naciones ya están convirtiendo su reserva federal para alejarse del dólar porque no sólo pierde su valor ante otras divisas que suben, sino porque no tienen respaldo y no están sujetas a sanaciones.
Estos datos por supuesto los conoce Washington y sus aliados; es por ello que, la decisión de ampliar y profundizar las sanciones obedece a dos objetivos principalmente; primero, marcar una polaridad geopolítica forzosamente para que Rusia no logre seguir avanzando en la conquista de la economía de occidente sin importa que los pequeños países sean los más perjudicados; y segundo, mantener la hegemonía dolarizante de orden mundial. Las potencias de occidente al sacar a Rusia del sistema Swift (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication / Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales) obedece a la misma intención de Washington con respeto al objetivo principal de las sanciones antes explicado; buscan polarizar la economía para mantener en un corralito a las pequeñas naciones y darle migajas a cambio de sus riquezas mediante el chantaje. Sin embargo, no todo se puede visualizar como apocalíptico, ésta expulsión del sistema de pago trae consigo una ventaja mayor porque le abre las compuertas a las alternativas que existen y se va rompiendo la hegemonía paradigmática; tal es el caso del CIPS (Cross Border Interbank Payment System / Sistema de Pago Interbancario y Transfronterizo) donde varios bancos y naciones comienzan a utilizar este sistema de pagos que ofrece servicios de compensación y liquidación en pagos y transferencias interbancaria entre países; acciones que se vienen dando por las mismas razones sobre la disminución del dólar en las reservas federales.
El autor es abogado en DDHH y analista internacional