Las tropas de Pancho Villa, el 9 de marzo de 1916 atacaron la población de Columbus, en territorio estadounidense. Los villistas se vengaban así de los norteamericanos, que indisimuladamente habían brindado su apoyo a Venustiano Carranza en la guerra declarada contra el “Centauro del Norte”.
Tras el ataque a Columbus, el ejército estadounidense, al mando del general John J. Pershing, ingresó en territorio mexicano con 10 mil soldados y armamento sofisticado para la época, con el objetivo de castigar a Villa y exterminar a sus combatientes. A esta incursión imperialista se la llamó “Expedición Punitiva”.
Ante la presencia de las fuerzas invasoras, el pueblo mexicano reaccionó con el patriotismo que siempre lo caracterizó. El 12 de abril, en las afueras de Parral, el pueblo se amotinó y varias mujeres, entre ellas Elisa Griensen y un grupo de estudiantes de la escuela primaria, los enfrentaron con palos y piedras.
Frente a esta situación, el presidente Carranza, viendo que las simpatías hacia Villa y el repudio a la invasión gringa crecían, comunicó a Pershing que no podían avanzar más en territorio mexicano. Sin embargo, una compañía yanqui, al mando del capitán Charles Boyd, se dirigió hacia el oriente, rumbo a Villa Ahumada, cerca del pueblo de El Carrizal.
Allí se encontraba el general Félix Uresti Gómez con la orden de no dejarlos avanzar, lo que provocó finalmente el enfrentamiento. El 21 de junio de 1916 los mexicanos, mal armados y mal comidos, derrotaron a las fuerzas invasoras, provocando la muerte de 50 soldados yanquis y la del mismo soberbio capitán que los comandaba. Lamentablemente el general Uresti Gómez también cayó en combate, siendo sustituido por el valiente Teniente Coronel Genovevo Rivas Guillén. El triunfo mexicano fue categórico.
En febrero de 1917, tras fracasar en la persecución a Villa y observar cómo el pueblo mexicano los combatía, los invasores emprendieron, sin pena ni gloria, la retirada.
Al cumplirse un nuevo aniversario de esta gesta patriótica y antiimperialista, los latinoamericanos caribeños, debemos celebrar ese triunfo como uno más de los pueblos nuestramericanos contra la prepotencia imperialista.