Antonio Vicente Miguel Valero de Bernabé Pacheco nació el 26 de octubre de 1790 en la localidad de Villa Santiago de Fajardo, población ubicada en la región este de la isla de Puerto Rico.
A los 13 años dejó su suelo natal para ingresar a la Academia Militar en España. En 1808 era teniente del ejército cuando las tropas napoleónicas invadieron la península. Su desempeño como militar fue notable durante toda la guerra contra los franceses.
Con el triunfo del liberalismo español en 1820, el Brigadier Juan O’Donojú, de quien Valero era ayudante personal, fue nombrado virrey de Nueva España. En julio de 1821, el Virrey y su ayudante desembarcan en Veracruz para conversar con los mexicanos.
O’Donojú entró en negociaciones con Agustín de Iturbide y el 27 de septiembre de 1821 se consumó la independencia de México. Apenas unos días después Juan O’Donojú, último virrey de Nueva España, murió de forma súbita. Valero, sin jefe y en una situación muy particular, decidió colaborar con Iturbide, pero en 1822, éste se proclamó Emperador y Valero, fiel a sus ideales liberales y progresistas se fue de México.
Valero llegó a la Guaira en abril del 1823. En Caracas se entrevistó con el General Carlos Soublette ofreciendo sus servicios y proponiéndole un Plan para la invasión de Puerto Rico, a fin de separarlo de España para incorporarlo luego a la Colombia constituida en Angostura en 1819. El segundo punto del Plan contemplaba que Puerto Rico, separado de España e integrado a Colombia, se llamaría estado de Borinquen, reivindicando, de esa manera, el pasado indígena taino. El Plan estaba dividido en dos aspectos, el político y el militar. Era un texto breve, muy concreto, que se reducía a la expulsión de los españoles, la declaración de la independencia y la inmediata incorporación a Colombia, aceptando su Constitución.
No hay dudas que este Plan era parte de todo un gran movimiento que encaraban patriotas antillanos que querían romper las cadenas con España y buscaban la integración y protección de la gran república que se configuraba victoriosa en tierra firme. El Plan de Valero se inscribe en los intentos del dominicano Núñez de Cáceres que liberó parte de la isla La Española declarando el Estado Independiente de Haití Español, tratando de incorporarlo a Colombia. Asimismo se relacionaba con la organización masónica “Soles y Rayos de Bolívar”, que conspiraba en Cuba con similares objetivos independentistas y unionistas.
Valero entendía la necesidad de conformar una gran nación en la América Meridional para su desarrollo independiente y contrarrestar así a la Europa colonialista y a los Estados Unidos, que ya se perfilaba como nueva amenaza.
Lamentablemente el General Soublette tras rechazar el Plan de Valero, decidió enviar al militar puertorriqueño al Perú bajo las órdenes del General Bartolomé Salom, que estaba a cargo del Ejército Libertador en el Sitio del Callao, último bastión colonialista en territorio continental sudamericano.
Mientras Valero aportaba al triunfo en El Callao, la Colombia soñada por el Libertador se comenzaba a resquebrajar. Santander en Bogotá y Páez en Venezuela conspiraban para desplazar a Bolívar y fracturar la obra unionista. Ante tanto egoísmo y traición, Valero se mantuvo firme y fiel al Libertador.
Luego de la muerte de Bolívar en 1830, la Gran Colombia fue disuelta y esto provocó un gran número de guerras civiles entre quienes seguían los principios bolivarianos y quienes tomaban partido por el oportunismo y el nuevo coloniaje.
En 1854 un grupo de militares liberales liderados por Ezequiel Zamora se alzaron para restituir la república federal y cumplir con los postulados de Bolívar. Valero tenía en ese entonces 64 años, pero esto no fue inconveniente para que de manera inmediata se alistara al lado del General Zamora y la revolución de tierra y hombres libres.
Siempre soñando con su Puerto Rico independiente y la unidad nuestramericana, el patriota y revolucionario borinqueño murió el 7 de junio de 1863 en Bogotá.
Bolívar siempre contempló en su proyecto unionista e independentista la campaña de liberación de Cuba y Puerto Rico. El Plan de Valero fue atendido por El Libertador, inclusive se avanzó bastante en su programación. Pero la traición de las mezquinas oligarquías nativas y los militares y políticos cooptados por éstas, impidieron seguir avanzando en el proyecto emancipador.
En 1825 y 1826, Bolívar había impartido instrucciones a los representantes de Perú al Congreso de Panamá, para concertar un acuerdo con México y Guatemala, con el propósito de tomar medidas para la independencia de Puerto Rico y Cuba. Inclusive ya desde antes Bolívar diseñaba los preparativos para una acción combinada que con una flota zarparía desde Cartagena al mando del general Lino Clemente con el objeto de liberar dichas islas. La gestión partía de la solicitud que el general puertorriqueño, Antonio Valero, hiciera al gobierno de Colombia. Bolívar sugirió el proyecto a Santander, cuando todavía Sucre no había entrado en el Alto Perú, al considerar que “Sucre puede ir a una parte –Cuba– y Páez a otra –Puerto Rico–”. El ideal bolivariano se proyectaba a lo grande, hacia la Confederación de Repúblicas y la derrota total del colonialismo español. Bolívar llegó, incluso, a bocetar la idea de liberar las islas Canarias al este y las Filipinas al oeste, a fin de terminar con las colonias españolas, como también invadir España si ésta no reconocía nuestra independencia.
El programa histórico bolivariano de unidad e independencia fue enriquecido por el Plan de Independencia de Puerto Rico de Antonio Valero. Tenía razón el gran poeta, periodista, escritor y patriota puertorriqueño, Juan Antonio Corretjer, cuando dijo que “Valero tiene el honor de ser el Padre de la Lucha por la Independencia de Puerto Rico”.