Nació en Naguabo, Puerto Rico en 1933. De joven se interesó por la música, llegando a ser trompetista de la Sonora Ponceña. Pero en 1967 sus inquietudes políticas fueron más fuertes que las musicales. En ese año fundó el
Movimiento Independentista Revolucionario Armado (MIRA), organización que planteaba la lucha con las armas en la mano por la independencia de Puerto Rico.
Más tarde fundó el Frente Armado de Liberación Nacional, que luego cambió su nombre por Ejército Popular Boricua, “Macheteros”.
En 1983, se llevó a cabo el asalto a un camión de la Wells Fargo, con el cual “Macheteros” se quedó con alrededor de 7 millones de dólares. El operativo fue comandado por Filiberto.
Tras ser nuevamente arrestado, un jurado puertorriqueño lo encontró inocente, pero el gobierno federal condicionó su libertad, obligándolo a portar un grillete electrónico. El 23 de septiembre de 1990, aniversario del Grito de Lares –insurrección independentista de 1868– el comandante boricua se quitó el grillete y regresó a la lucha clandestina. Desde entonces, se convirtió en el hombre más buscado por el FBI.
Fue otro 23 de septiembre, en 2005, cuando Filiberto Ojeda cayó en combate. Tras ser rodeada por las fuerzas federales la casa que habitaba, recibió un impacto de bala hecha por un francotirador del FBI. Allí lo dejaron desangrar hasta su muerte.
Decía Filiberto en su último mensaje: “en Nuestra América soplan vientos de libertad. Los puertorriqueños sentimos en nuestro espíritu patriótico los efectos de esos aires generados por la fuerza que emana de la República Bolivariana de Venezuela, al igual que de nuestros próceres, de nuestra historia mancomunada con la patria de Bolívar, la de Martí, la de Luperón, la de Toussaint Louverture, de una tradición de lucha amarrada por la sangre generosa de miles de mártires latinoamericanos y puertorriqueños. Venezuela, con el presidente Hugo Chávez Frías a la cabeza y Cuba, con el Comandante Fidel Castro, están abriendo los caminos de esa unidad latinoamericana y caribeña”.
En el día de su paso a la inmortalidad, decimos que Filiberto vive en la lucha de los revolucionarios de Nuestra América.