La cúpula opositora que se la pasa en Washington pidiendo sanciones económicas contra nuestro país, con el expreso propósito de «provocar un cambio de régimen» no tiene ningún derecho, ni jurídico ni político ni mucho menos ético, de participar en las elecciones presidenciales, que están a la vuelta de la esquina.
Para decirlo con toda claridad: quienes solicitaron la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela no pueden venir ahora, con su cara de «yo no fui «, a inscribirse como candidatos, porque ello es contrario a la democracia.
Lo justo es que Biden derogue las sanciones contra Venezuela porque eso es injerencismo, es atentatorio al principio de autodeterminación de los pueblos, es un crimen de lesa humanidad.
En una de sus obras de filosofía política, Alan Tourane, escribió que la democracia sería una palabra vacía si tanta gente no hubiese dado la vida por ella, y no cabe ni la más mínima duda que el pueblo venezolano defiende «a capa y espada» su democracia bolivariana, la que él mismo decidió en su Constituyente, y ha demostrado un nivel de conciencia tan grande, que derrotó, en todos los terrenos, al plan de Trump de destruir nuestra democracia. Por eso Venezuela tiene el respeto de los pueblos del mundo.
Los venezolanos y las venezolanas tenemos derecho de ir a elecciones sin bloqueo.