Difícil escenario para el pueblo chileno que sufrió 17 años de dictadura y 30 años de una seudodemocracia que prometió cambios profundos y lo único que trajo fue la profundización y perfeccionamiento del modelo económico, social y cultural neoliberal impuesto por la dictadura cívico militar de Pinochet.
A menos de una semana, la situación política se polariza pero de una forma confusa, con un gobierno que cada vez más se parece al Gobierno del neoliberal Ricardo Lagos (el mismo que reconoció al golpista Carmona), mostrando un gran acuerdo político para pasar sobre la soberanía popular hablando de reformar a la constitución que aún no se aprueba, para que ésta no sea tan “popular” y no moleste tanto a los empresarios y “dueños” de Chile, dejando al pueblo, incluso al que votó por él, con una confusión enorme.
Ahora la tarea es doble, ganar y ganar por una indiscutida mayoría para que no puedan cambiar la voluntad del pueblo. Frente al errático actuar del gobierno, el pueblo se ha tomado las calles, los barrios y poblaciones para lograr el objetivo de terminar con la constitución de los ricos y privilegiados, enfrentando a una derecha económica política y comunicacional que esconde sus verdaderos intereses en un discurso de amor y unidad.
Se suma a esto, la asquerosa y gobeliana campaña del terror impulsada por los medios de comunicación e información. En un país donde existe la libertad de prensa y los dueños son empresarios y oligarcas, señalan que con la nueva constitución el aborto será legal hasta los nueve meses, se eliminarán los símbolos patrios, los “indios” recuperarán sus tierras, que a todo el mundo (trabajadores incluidos) el Estado le quitará sus casas en las playas, sus autos último modelo y un sinfín de mentiras, que recuerdan el discurso anticomunista de la guerra fría.
Las últimas encuestas encargadas por los grandes medios de comunicación, señalan el triunfo del rechazo. La encuesta popular de la calle, con multitudinarias movilizaciones de pueblo dicen otra cosa: que el apruebo se impondrá. Lo que está claro es que el pueblo chileno debe ser capaz de salir a votar masivamente y demostrar, como lo hizo en la elección para elegir a quienes redactaron la propuesta, la voluntad de cambio que fue mayoritario. Solo así Chile tendrá una constitución expresión de la soberanía popular.
De manera que tendremos que esperar hasta la noche de este domingo 4 de septiembre, para ver si el pueblo chilenosigue el mensaje de las últimas palabras del Compañero Salvador Allende: “Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”.