Ganar en veinte de ventitres regiones en disputa se dice y se escribe fácil pero mucha agua bajo el río ha corrido para llegar a esta victoria, sin que esta nos encandile, aunque resulte tentador. Un poco más de 3 millones 700 mil votos duros a nivel nacional han puesto un resultado que sirve de base para la continuidad de la estrategia política a la cual el Presidente Nicolás Maduro ha apostado.
A mediados de agosto FRANCE 24, medio al servicio del gran capital, citaba al Presidente Nicolas Maduro: “Los diálogos de paz entre Venezuela y los sectores extremistas de la derecha han arrancado con buen pie, ya son exitosos, tengo en mis manos el documento original de México y siento que tiene vida propia”. El memorándum de entendimiento, presentado por Jorge Rodriguez y Gerardo Blayde, el primero representando al Gobierno bolivariano y el segundo a una de las oposiciones (el sector del llamado G4), colocaba una agenda de siete puntos, entre los cuales destacaré cuatro: “Derechos políticos para todos”, “Garantías electorales y la fijación de un cronograma electoral“ con la presencia de observadores internacionales (La observación de la Unión Europea es producto de este acuerdo), el “Respeto al Estado Constitucional de Derecho” y finalmente, la “Convivencia política y social” que implica la renuncia por parte de la oposición a la salida violenta.
El propio Gerardo Blayde declaró que para el país comenzaba a partir del diálogo “un proceso trascendente, importante e integral que debe obligarnos a acordarnos”, y agregaba además que la oposición apostaría a lograr “garantías de convivencia política y democrática, un acuerdo de mutuos reconocimientos y respeto para el pleno ejercicio de todos los derechos contemplados en la Constitución Nacional”. Las elecciones de este pasado domingo han sido parte de este acuerdo. Las y los venezolanos han derrotado nuevamente este 21N a quienes de Washington se oponen al dialogo y a la paz.
El triunfo del Presidente Maduro sobre los sectores de oposición más violentos contó por supuesto con sus detractores, encabezados por los propios Estados Unidos que ha hecho de todo para dinamitar los diálogos de México; coloco por ejemplo, a interlocutores internacionales como el presidente colombiano Iván Duque a desconocer el acuerdo alcanzado. Y finalmente, secuestró al diplomático Alex Saab, uno de los integrantes de la delegación del Gobierno bolivariano en la Mesa de Diálogo, bajo falsas acusaciones, hecho este que terminó por parar de la mesa al Gobierno. Sobre esto, el propio Presidente Maduro recordaba en medio de la declaración de victoria en la madrugada de este lunes, que no se retomará la Mesa de Diálogo en México mientras Saab siga secuestrado. Las últimas declaraciones del Secretario de Estado de los Estados Unidos, en la cual denuncia “El acoso de la oposición, la censura de los medios y otras tácticas antidemocráticas”, acusación que va orientadas a afirmar que la las elecciones no fueron “libres ni justas” con el objetivo de deslegitimar la victoria alcanzada por el pueblo venezolano. Pero por más acciones que se planifiquen desde el Salón Oval encontraran la respuesta contundente de quienes levantan las banderas de la independencia nacional.
Así como la victoria del Chavismo este 21 de noviembre tiene nombre y apellido, la derrota de la oposición tiene rostro. “No hay condiciones para una elección libre y justa en Venezuela”, declaraba el pasado sábado el títere Juan Guaidó. Valdría la pena saber cómo le explica esta posición a Manuel Rosales, José Alberto Galindez o a Morel Rodríguez, y a los más de 50 alcaldes, quienes triunfaron en sus respectivos Estados y municipios, a lo largo y ancho del país. No hay un CNE bueno en 3 estados del país y un CNE malo en los otros vente estados restantes, en el caso de las Gobernaciones. Hasta el último momento Juan Guaidó siguiendo la orden de Washington les saboteó las elecciones a sus propios aliados, a esos que pensaron en las posibilidades reales de conquistar los espacios que en algún momento estuvieron bajo su liderazgo. Guidó provoco que en algunos Estados, la oposición fragmentada facilitó el triunfo del PSUV y de sus aliados.
A la marioneta de Guaidó solo la sostiene un hilo agarrado desde Washington que en cualquier momento le da un tijerazo. Guaidó ha dilapidado el poco acumulado que venía construyendo la oposición desde el 2015 y sobre él recaerá nuevamente una derrota política y electoral en el 2022 cuando la oposición coloque en la agenda política el referéndum contra el Presidente Maduro.
Pero la oposición tendrá nuevamente no solo que enfrentar un poderoso partido político como lo es el PSUV, la oposición deberá enfrentar un escenario cada vez más favorable para el país empujado por las políticas establecidas desde Miraflores que ellos no desean; la CEPAL, registra un crecimiento del PIB del 1% en medio de una terrible contracción económica que ha tenido a nuestra economía contra las cuerdas, recordemos solo lo que mencionaba el Presidente Maduro previo a la jornada electoral en un encuentro con los veedores internacionales invitados por el CNE, “estuvimos catorce meses sin vender una gota de petróleo”. En medio de un salvaje y criminal bloqueo con las mal llamadas sanciones alentadas por un sector de la oposición, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), Venezuela tendría un alza en el PIB de 0,3% en 2021 y de 1,3% durante el 2022. Hasta la propia Universidad Católica Andrés Bello, anticipa para el término de este año un crecimiento positivo para la economía venezolana de 2%. Pareciera poco pero es que íbamos en caída libre.
De este escenario político para el 2022, el Presidente Nicolas Maduro saldrá nuevamente victorioso y fortalecido en camino a las elecciones presidenciales del 2024. La continuidad de su ejercicio de gobierno como Jefe de Estado y del chavismo en el poder, garantizará la profundización de las transformaciones necesarias en el tránsito hacia el socialismo como alternativa única ante el capitalismo salvaje imperante en nuestra sociedad y en el mundo.
No tengo dudas, para el 2024 con Maduro me resteo. Nosotros saldremos victoriosos.