Las nuevas condiciones de la situación venezolana tienen en silencio a la mayoría de los medios de comunicación. Después de cinco años ininterrumpidos de primeras páginas para reflejar malas noticias sobre las condiciones económicas, sociales y políticas del país, las nuevas perspectivas para los venezolanos han traído el silencio mediático. Venezuela transita una nueva etapa de recuperación que vale la pena conocer.
Después de las sanciones ilegales de Estados Unidos, nuestro país experimenta un primer trimestre de crecimiento para finales de 2021 y proyecta un crecimiento como mínimo del 5% para 2022. Dicho cambio no pasó por la anunciada caída de la Revolución Bolivariana ni la sustitución de Nicolás Maduro del poder, sino que precisamente en el marco de la revolución y la continuidad del Presidente constitucional es que se han logrado los nuevos números para la economía venezolana.
El proceso de despegue económico venezolano está comprendido en el contexto de la estabilidad política y protección social liderada por el Gobierno Bolivariano. Si bien las heridas provocadas por la guerra económica contra Venezuela siguen abiertas, existe un momento de trabajo conjunto entre el sector público, privado, las diversas corrientes políticas nacionales y los sectores sociales de la población que permiten apalancar un despunte de la economía y la progresiva recuperación nacional. Entre otros logros de esta etapa se resalta el aumento de la producción nacional del 80% de los productos de la canasta básica de los venezolanos, así como la reorganización de los productores con vocación exportadora.
En el ámbito de la producción petrolera se resalta el cambio de proveedores de tecnología, la apertura de nuevos mercados, el protagonismo de los trabajadores petroleros y la retoma de las relaciones por parte de los compradores tradicionales. Estos factores sumados permiten reabrir el mercado petrolero venezolano, cuyo cierre a los mercados europeos y estadounidense, en 100 años, solo se produjo por la enemistad política marcada por las administraciones ideologizadas de la Casa Blanca y sus socios.
Se suma, al proceso de recuperación venezolano, la audaz Ley de Zonas Económicas Especiales. Este instrumento le permite al Estado venezolano otorgar privilegios para la inversión nacional e internacional en territorios especializados para potenciar la productividad del país, aprovechando la posición geoestratégica de Venezuela y promoviendo la instauración de un sistema mixto de productividad en Venezuela. La nueva ley es un llamado a los capitales para potenciar las capacidades turísticas, aduaneras, de tránsito en el Mar Caribe, entre otras. El objeto es la instalación de nuevos centros productivos con altas garantías para el retorno de inversiones. A la fecha se han decretado cinco Zonas Económicas Especiales que serán el inicio de la aplicación de esta ley.
Las nuevas condiciones se acompañan de un clima de optimismo, paz social y política en el país. La confianza en el Gobierno Bolivariano, en las instituciones de la República Bolivariana de Venezuela y el diálogo permanente con todos los sectores del país han logrado desplazar la agenda de conflictividad promovida para la desestabilización y quiebra de la patria de Bolívar y Chávez. La salud de la Revolución Bolivariana se constata en el reconocimiento permanente de la mayoría de las naciones del mundo a las instituciones legítimas del país.
Venezuela, hoy, anda de la mano de sus trabajadores y trabajadoras, empresarios y empresarias, y líderes responsables de todas las corrientes políticas que apuestan por la soberanía y la estabilidad del país. Estas cosas no aparecerán en grandes titulares de la prensa oligárquica, ni mucho menos en los medios que apostaron por la caída de la República Bolivariana de Venezuela y del presidente Nicolás Maduro. De lo que sí podrán estar seguros los lectores es que Venezuela hoy supera las agresiones internacionales y se está arreglando con el liderazgo de la Revolución socialista Bolivariana.
César Trómpiz es embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Bolivia.