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29/09/23
Regiones: Venezuela
“Hasta el Final” o la Solución Final, El Wannsee del Caribe.
Por Miguel Ernesto Salazar

En uno de los tantos programas de Patricia Poleo, denominado “Factores de Poder”, estuvo Antonio Ledezma para dar a conocer el plan en torno a la inhabilitación de María Corina Machado en un escenario post primarias. Durante su intervención, Ledezma dedico un preámbulo para “presumir” de los caminos que han andado él y María Corina en busca de la silla de Miraflores; Sanciones, Bloqueo, TIAR, R2P, la Corte Penal Internacional e incluso, “La Salida”.

Acto seguido, Ledezma delato el plan “hasta el final”, una especie de ruta conspirativa que pondrá a la Machado a transitar por una salida de fuerza que frene el proceso revolucionario en Venezuela, que permita propinar un duro golpe a los pueblos del mundo que levantan las banderas de una alternativa global contra la hegemonía estadounidense. En este contexto, Ledezma ante Poleo, no tardo en trazar la ruta, el único camino para llevar a Machado es la “rebelión civil”. Es aquí cuando la delación de Ledezma agarra a los involucrados en el complot fuera de base: “Se está hablando con militares, y eso es normal, no es promover ninguna conspiración. No es conspiración. Hay gente que llama y hablamos, y piden que no digamos sus nombres y piden ir disfrazados. Eso es natural”.

Al “natural” le precedieron declaraciones posteriores del propio Ledezma tratando de decir que no dijo lo que había dicho, no, pero sí, algo parecido a uno de los diálogos de un tal Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, en una de sus célebres películas, “El Padrecito”, “Como quien dice es cuestión de captación. Ahora que le confesaré que yo de repente tampoco me entiendo, pero sí sé lo que digo”. Es así como es obligado a declarar a través de un video que es compartido en todas las redes sociales donde pretende “aclarar”“Está rodando una versión descontextualizada de unas declaraciones ofrecidas el pasado viernes en el canal Factores de Poder. Desmiento rotundamente los titulares que afirman que promovemos una rebelión militar, dije claramente desobediencia civil para cumplir el derecho legítimo de inscribir la candidatura de Machado”. En Venezuela cualquiera levantaría la voz y exclamaría con un “no me ayudes tanto compadre”.  

“Cuando María Corina Machado y quienes las respaldamos promovemos primarias y decimos hasta el final y que no nos vamos a dejar someter a las reglas de juego caprichosas y arbitrarias de quienes desgobiernan el país, ¿eso es rebelión y conspiración? ¿Qué hablemos con militares es rebelión?”, aclara Ledezma, aunque para quienes están inmerso en el plan conspirativo, así el bejuco este podado siguen con el temor a la picada de la culebra. No solamente la delación de Ledezma originó un sismo en el seno de los conspiradores. El Fiscal General de la República, Tarek William Saab, anunció que fue acordada una orden de aprehensión contra Antonio Ledezma: “Nosotros aspiramos que actúen las autoridades de España y que las leyes internacionales se respeten, y que pueda ser procesada no sólo esta persona, sino quienes los acompañan dentro y fuera de Venezuela en ese macabro plan”. El ministro de la Defensa, el General en Jefe, Vladimir Padrino López, señalo que “La Fuerza Armada rechaza categóricamente los llamamientos a la violencia realizados por pseudo-dirigentes de la oposición venezolana”. Aparte de estas declaraciones, un conjunto de rumores prosiguieron a la delación de Ledezma, inclusive, pareciera que todo ha venido en un solo combo, incluyendo, la intervención del Comando Sur a través de Exxon Mobil en la fachada atlántica de Venezuela con el apoyo del gobierno de Guyana.

¿Pero el plan delatado por Ledezma cuenta con el apoyo de integrantes de la FANB? ¿Qué tanto son rumores y que cuanto es la realidad? ¿Quiénes son los aliados del plan “Hasta el Final”?

Esto me recuerda una película llamada “Conspiracy” o “La solución final”, dirigida por Frank Pierson (ganador del Óscar en 1976 por el guion de la película, “Tarde de Perros”). La película destaca la participación de un conclave nazi, la Wannseekonferenz o la “Conferencia de Wannsee”, en la cual, líderes nazis y miembros de la SS en enero de 1942 para la ejecución de la implementación de la llamada “Solución final a la cuestión judía”. En aquel momento, el conclave nazi proclamo la lucha del bien contra el mal, la “raza superior” contra los “subhumanos”. Durante 1942 y 1945, más de 5 millones de judíos, comunistas, homosexuales y todo aquel que se pronunciara en contra del régimen nazi.

Aunque los nazis, tal como hizo Ledezma, negaron de plano los acuerdos de aquel conclave, un ejemplar del protocolo de Wannsee, que apareció en las oficinas del Ministerio de Asuntos exteriores del Reich, fue el único documento que evidenció el genocidio del régimen nazi. Aniquilar al contrario fue la orden impuesta por los participantes de la “Conferencia de Wannsee”. En pleno siglo XXI, el “hasta el final”, es la “lucha existencial, a histórica batalla entre la luminosidad teniendo como contraparte las tinieblas”, es la “solución final” planteada por quienes van amasando la conspiración para aniquilar la Revolución Bolivariana. Plan que contará, sin dudarlo, de la complicidad y la direccionalidad de quien este como inquilino de la Casa Blanca cuando llegue el momento. Dar una lección al pueblo venezolano, a los pueblos del Sur, tal como se le dio al pueblo chileno, tras el Golpe Militar contra Allende y el Gobierno de Unidad Popular, para que sirva de escarmiento eterno para quienes pongan en riesgo el modelo de “democracia” y “libertad” que desde hace dos siglos se nos impone.

Y repito, no cabe la duda, solo basta mostrar algunas líneas de quienes acompañan al conclave de Wannsee del Caribe: “Y la lucha contra la dictadura es hasta el final. Para poder acabar con tanta podredumbre es necesario sacarlos de raíz. Es tanta la contaminación del estado que tendrá que hacerse una transformación profunda”.

Diría, Stalin, al ministro de asuntos exteriores francés, Pierre Laval, “¿Cuántas divisiones tiene el Papa?”. ¿Cuántas divisiones tiene MCM? Si bien la unidad cívico militar es uno de los sostenes de la Revolución Bolivariana y en torno a ella, la FANB ha profundizado en su Doctrina Militar, seguramente habrá algún factor en ella, que no ha resistido al cañón de dólares lanzados desde Washington para quebrar la unidad militar o que ideológicamente se cuadre con una visión ultra conservadora.

Recuerdo hace unos años, una década para ser un poco más precisos, que curse un diplomado en la Academia Militar Bolivariana, titulado, “Filosofía de la Guerra”. En mi sección, había un Coronel que se arrechaba (de manera no figurada sino literal) cada vez que uno de los cinco civiles que veíamos el diplomado lanzaba alguna opinión. Recuerdo vociferar al Coronel algunas críticas al Comandante Chávez sin estupor alguno bajo el paraguas de la institucionalidad, aquella misma que preño de buenas intenciones al grupo de generales y oficiales de rango inferiores que acompañaron el Golpe de Estado en el 2002. Pero ante la intervención de aquel Coronel, por un costado, se me acerco un Capitán para recordarme de qué lado estaba la mayoría de los integrantes de la FANB. Aquel hombre, me saco del salón del segundo piso donde estaba el aula de clases, para decirme: “no se preocupe camarada, ese Coronel lo tenemos marcado”. Entonces debemos entender que corrientes contrarias al Proyecto Bolivariano, a lo interno de la FANB, van a existir, el tema es preguntarse, “¿Cuántas divisiones tiene el Papa?”. Y en lo particular, no tengo duda que a pesar del cañoneo de dólares desde Washington, un término que no me gusta emplear a la ligera, la irreversibilidad, es un concepto que bien pudiera aplicarse a lo que sustenta a la Doctrina Militar actual en Venezuela, y siempre, en una profunda consolidación, teórica y práctica.

Pero si la delación de Ledezma fuese cierta, con qué fuerza cuentan los oficiales captados para torcer el rumbo de la Revolución Bolivariana. Miremos al vecino, a Colombia, la conspiración sigue teniendo su centro de gravedad en el país neogranadino. Obviamente que no cuenta con la fuerza del Estado, como cuando Álvaro Uribe movía los hilos del poder para conspirar contra la Nicolás Maduro, el Gobierno Bolivariano y su pueblo, recordemos el atentado con drones en la avenida Bolívar en Caracas o la invasión de mercenarios por las costas del litoral central venezolano, en la conocida “Operación Gedeón”. Sobre ambas, no tengo duda del conocimiento que tanto como MCM como Ledezma tuvieran del caso.

Ledezma y quienes lo acompañan han tenido siempre un vínculo cercano con el núcleo de militares colombianos que apadrina (en el sentido mafioso), el Don, Álvaro Uribe. Un caso emblemático, el caso de Lorent Saleh. Hace poco, Colombia se estremecía con la declaración del mayor general en situación de retiro, Henry Torres Escalante, comandante de la Brigada XVI del Ejército (2002-2003), quien acepto públicamente ante la Jurisdicción Espacial para la Paz (JEP), ser uno de los máximos ejecutores de la línea de Uribe en el Casanare, a través de la política de los Falsos Positivos, mediante “presiones” recibidas por parte de quien fuese jefe del Ejército colombiano, el general Mario Montoya. Recordemos, la propia JEP, determino en febrero de 2021 que en Colombia, al menos más de 6 mil colombianos fueron víctimas entre el 2002 y 2008 de esta política diseñada por la Wannsee del Caribe. “Las presiones venían desde el comandante del Ejército, general Mario Montoya; de la IV División (…) Esas presiones nos encaminaron a lograr objetivos operacionales a toda costa, despreciando el carácter humano de las víctimas”, declaraba ante la JEP el asesor de Lorent Saleh y compañía.  

El general Escalante, adiestro a Saleh y a los demás hombres de Ledezma, la operación siempre contó con el apoyo logístico del ex vicepresidente colombiano Francisco Santo, de María Fernanda Cabal y de José Jaime Uzcategui, hijo del general en retiro Jaime Humberto Uzcategui, entre otros. Y sobre ellos, siempre alrededor, estuvo un viejo conocido, Pedro Carmona Estanga.

Saleh, una especie de Isaac Pérez Recao, quien funge como jefe de la ONG “Operación Libertad”, sería una pieza clave para entender las ramificaciones del Plan “hasta el final” con sectores de la ultraderecha colombiana. Como afirmamos, Colombia sigue siendo epicentro de la conspiración, frenada hasta ahora por la llegada al Poder de Gustavo Petro. Por lo que también, el jefe del Gobierno del cambio, estaría bajo la mirada del clan que dirige la Wannsee del Caribe.               

Cabe permanecer alertas antes los planes conspirativos de estos sectores de la oposición casados con la violencia, aunque se vistan de seda mona se quedan. Una cosa es la negociación que la Machado lidera para establecer un acuerdo post primaria con el Gobierno Bolivariano que permita levantar su inhabilitación y otra distinta, es el plan que van armando para llegar a la silla de Miraflores por la vía de la confrontación violenta. La lección aprendida de Trump, “Todas las opciones están en la mesa, todas. Las fuertes y las menos fuertes”. Aunque Venezuela no es Haití, en lo político y en lo militar, basta con recordar el asesinato de Jovenel Moïse. 26 colombianos, 18 de ellos detenidos, tres abatidos durante la operación y cinco prófugos, daban cuenta, de la utilización de mercenarios para hacer torcer el devenir de una sociedad.

Finalmente, demos una paseada por un fragmento del Manual del Golpe de Estado, elaborado por los gringos:

“El objetivo último del plan conspirativo es obtener la adhesión de un segmento de la alta oficialidad de las Fuerzas Armadas para, a través del uso de éstas en contra de un gobierno desafecto, realizar la tarea de asesinar a la dirigencia y a los políticos de inspiración popular del país de que se trate. No se trata de ganar base social o mayoría electoral, sino de articular fuerzas que abran el espacio social y de conciencia para el uso de la Fuerza Armada en contra de su propio pueblo.

Hasta ahora hemos sabido como pueblo, enfrentar cada uno de los obstáculos que se nos han impuesto, victoriosos ante cada conspiración que Washington ha diseñado. Las palabras del ministro de la Defensa, General en Jefe, Vladimir Padrino López, durante su intervención en los 18 años de creado el CEOFANB recuerda al espíritu de aquel Capitán, compañero de clases del diplomado de “Filosofía de la Guerra”, en la Academia Militar Bolivariana: «Nadie nos divide, nadie nos quiebra, nadie nos fractura y vamos a seguir por el camino de Bolívar, por el camino de Chávez construyendo una Patria segura y bonita para el futuro». Hemos sabido defendernos, nosotros seguiremos venciendo.

Fuente:
Pueblo en Armas

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