Los militantes de Social 21, La Tendencia manifestamos nuestro apoyo incondicional a la hermana República Bolivariana de Venezuela, y a su proceso revolucionario, frente a otro ataque directo del imperialismo en el que el gobierno de nuestro país fue cómplice y parte siguiendo órdenes de los Estados Unidos.
Repudiamos enérgicamente el accionar golpista del gobierno colonial de Mauricio Macri, cuando en 2019 y siguiendo instrucciones foráneas, ordenó preparar al ejército argentino para una invasión armada en Venezuela. Asimismo, rechazamos el ascenso a Jefe de Estado Mayor Conjunto, que el actual gobierno de Alberto Fernández le asignó al entonces comandante que llevó adelante la misión, Juan Martín Paleo, quien debería ser desplazado de manera urgente de las Fuerzas Armadas Nacionales, por considerarse una amenaza al orden institucional, luego de haber expuesto su voluntad antidemocrática y pro imperialista durante estas acciones.
Desde la militancia nacional, popular, socialista y revolucionaria, sentimos la necesidad de expresar nuestra voluntad política de promover la hermandad y unidad regional contra el imperialismo y en defensa de la soberanía que nos permita emprender un modelo de desarrollo económico con justicia social.
La permanente propaganda imperial, con el objetivo de proteger sus espurios privilegios y conservar el injusto orden establecido, promueve la idea de que las causas de las luchas Socialistas son anacrónicas. Dicen que San Martín, Bolivar, Perón, Fidel, Evita, Chávez, Allende, Túpac Amaru y el Che pasaron de moda, que son luchas de otras épocas, sobre conflictos ya saldados. A contramano de tan absurdo y atroz razonamiento, la realidad muestra que el origen del sufrimiento y pobreza de nuestros pueblos sigue siendo la opresión externa, que la contradicción fundamental, del aquí y ahora, es dominación imperial contra Patrias y Pueblos libres, que la causa fue, y es, liberación o dependencia, que sus fundamentos y banderas colectivas, no solo permanecen vigentes, sino que cada vez son más urgentes y necesarias.
Sin lugar a dudas, el mundo entero necesita un cambio de paradigma, en defensa propia, de la especie y el mismo planeta. En algún lado debe nacer, y esperar que surja de los países responsables de las prácticas imperialistas, las guerras y la desigualdad, es de una inocencia que no nos podemos permitir.
La Patria Grande debe ser la madre del nuevo tiempo. Su histórica voluntad política de liberación contrapuesta al imperialismo, su enorme potencial económico, su amor y respeto ancestral por la Pachamama, su diversidad cultural producto del mestizaje, hacen de esta tierra el lugar indicado.
Si nos permitimos espiar el futuro por una hendija diferente a las que nos ordenan, podremos ver e imaginar el enorme potencial de una Patria Grande unida. La característica complementaria de sus economías y recursos naturales actuando en conjunto, abren la posibilidad de un desarrollo explosivo para sus Pueblos. Todo aquello que hoy separados nos debilita en beneficio del opresor, unidos nos fortalece y libera.
A modo de ejemplo, si YPF, PETROBRAS, PEMEX, ANCAP, PDVSA, YPFB y otras petroleras estatales se unen en una misma estrategia regional, su poder y diversidad de producción se potencia al primer nivel mundial. Planificando industrialmente el abastecimiento de sus insumos, agregarían valor técnico e industrial a su producción primaria; el mismo factor de escala se podría alcanzar para la producción de alimentos, Gas, Litio, y demás sectores estratégicos.
Una sola nación con capacidades complementarias entre los países, donde la Argentina puede cumplir el rol industrial-industrializante, si recupera la tradición exitosa de sus empresas estatales como modelo replicante para los Pueblos hermanos. Auto abasteciéndose en salud y educación (Cuba), alimentándose a partir de la pampa húmeda y superficies cultivables sumadas a su extensa plataforma marítima (Argentina) , con más de un siglo de abundante petróleo por delante (Venezuela), bendecida por el mayor acuífero dulce del planeta (Paraguay, Brasil, Argentina), la mayor diversidad ecológica del mundo y enormes yacimientos de minerales estratégicos (Bolivia, Perú, Chile, Brasil, Argentina), sería demasiado para el orden capitalista.
A este socialismo centrado en la Patria Grande, por su abundancia en recursos y posibilidades, lo que más le conviene es el desarrollo industrial endógeno y asociado, en vez de la competencia y los mercados globales. Porque pecaríamos de inocentes si pretendemos librar la batalla con armas enemigas, hay que salirse del capitalismo. La vía de crecimiento autónomo no puede ser la del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, instituciones todas imperialistas, golpistas y asesinas de nuestros Pueblos. Tenemos que hacer la nuestra, construir un futuro distinto.
Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela son el ejemplo. Desde la militancia argentina, les hacemos saber que no están solos, que el espíritu anti imperialista de San Martín, Rosas, Yrigoyen, El Che, Evita y Perón, sigue intacto en cada uno de nosotros y no cesaremos hasta vencer.
Solo con el movimiento constante, con la militancia coherente, enseñando con el ejemplo desde los valores más bellos y justos, se abrirán las puertas de un nuevo tiempo, una nueva hora, en donde el mercado, el lucro, la ganancia individual, la competencia violenta, serán motivaciones absurdas para la organización de la sociedad. Una nueva época se hará presente y sus bases programáticas excluirán la acumulación capitalista, que dejará de ser, de una vez y para siempre, el sentido que oriente nuestra existencia.
Desde Argentina, los abrazamos y acompañamos. ¡Hasta la victoria! ¡Viva Chávez!
¡Viva Maduro y el pueblo bolivariano!