SpanishPortugueseEnglishFrenchChinese (Simplified)RussianPersianArabic
15/11/21
15/11/1552 | Incas y Desunión
Por Fernando Bossi Rojas

El 15 de noviembre de 1532 Pizarro llegó a Cajamarca y a la mañana siguiente ya había capturado al inca Atahualpa, asesinando a todos sus custodios y colaboradores. Para conseguir su libertad, el noble inca había ofrecido al español llenar dos habitaciones de plata y una de oro. Pese a que el botín fue entregado puntualmente, Atahualpa fue sacrificado en la Plaza Mayor nueve meses después.

Al año siguiente, también en noviembre, los conquistadores llegaron al Cusco, capital del incanato. Manco Inca Yupanqui, salió al encuentro de los españoles y Pizarro lo proclamó “Inca y Señor de los Cuatro Suyos”. El 14 de noviembre de 1533 acompañados del nuevo Inca los conquistadores entraron triunfantes al Cusco. La multitud los recibió con fiesta y algarabía y a Manco Inca como su nuevo monarca. Pizarro fue recibido como “emisario de los cielos”.

Años después Manco Inca Yupanqui se dio cuenta que no era él quien gobernaba los extensos territorios del incanato, sino que quien realmente gobernaba eran los españoles, que lo habían puesto a él en el trono. Pero ya era tarde para torcer el destino. El Inca tomó consciencia y llegó a levantarse en armas, más fue derrotado. Los conquistadores tuvieron el apoyo de huancas, cañaris, chachapoyas, tarmas, huacas, yauyos y chancas. Los indios pelearon contra indios y la balanza la desequilibró del lado en que estaban los españoles

Toda la conquista revistió esas características: entrada triunfal de los extranjeros, exigencias desmedidas y abusos, resistencia de los indígenas, traición, matanzas y sometimiento. La misma secuencia en casi todos los casos…

La clave de esta historia podría estar en un asunto no menor pero que a veces pasa desapercibido: los incas imponían a otros pueblos conquistados el pago de tributo. Esos pueblos sometidos en revancha, se convirtieron en aliados circunstanciales de los conquistadores, buscando liberarse de la carga del tributo incaico que muchas veces los condenaba a serios padecimientos. Los españoles hicieron un negocio redondo: lograron usar a unos contra otros, indios contra indios; imponiendo el conocido “divide y reinarás”.

Es que entre los incas no había, como afirmaba un escritor francés, un régimen socialista, ni tampoco imperaba el tan mentado sumak kausay del que hoy tanto se habla. Los pueblos incas pagaron caro su desunión, y esa desunión fue producto de que una casta de nobles y principales había comenzado a vivir pomposamente a costas del trabajo de las grandes mayorías.

Fuente:
Portal Alba

Agenda

Buscar

Búsqueda temática

TV / Vídeo

Editoriales amigas