El Estado Guerrero en México es uno de los más pobres del país. Pese a su opulenta Acapulco, la pobreza y marginalidad abarcan a la mayoría de su población, siendo el sector campesino e indígena el más afectado.
Desde la época de la independencia su pueblo ha luchado heroicamente por liberarse de las cadenas del colonialismo primero y del imperialismo, los terratenientes y el cacicazgo después. Genaro Vázquez fue uno de esos hombres que dio su vida en esa lucha.
Maestro, fundador de la Asociación Cívica Guerrerense (ACG) y la Central Campesina Independiente (CCI), Genaro fue perseguido y encarcelado por su actuación en defensa de los pobres y contra el fraude montado por el oficialismo con motivo a las elecciones de gobernador, a comienzos de la década de los sesenta.
Luego de permanecer dos años en prisión, sus compañeros, en una acción armada, lo liberaron.
De allí en más comenzó la vida del guerrillero, conformando la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y actuando decididamente en ella. Él y sus hombres entablaron una lucha desigual contra el ejército, pero los pobres entendieron que Genaro se estaba sacrificando por ellos. Así nació una leyenda y un mártir.
El 2 de febrero de 1972, el guerrillero sufre un accidente automovilístico. Al reconocer la policía su identidad, fue inmediatamente acribillado a balazos.
“Nuestra lucha tiene sus raíces de inspiración en la historia y en la realidad nacional, nuestra bandera, aun cuando con criterio actualizado, es la misma que enarbolaron Hidalgo, Morelos y Guerrero, Juárez, Zapata y Villa. Es decir, deseamos una auténtica aplicación de la reforma agraria, el rescate de manos de compañías explotadoras extranjeras de nuestras riquezas nacionales, la ampliación y restitución efectivas de los derechos del obrero, y un gobierno de verdad del pueblo”, proclamó Genaro Vázquez, quien junto a Lucio Cabañas dejaron un ejemplo de dignidad para nuestros pueblos al sur del Río Bravo.
Nota:
A Genaro Vázquez
Por Oscar Chávez