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26/07/22
Regiones: Suramérica
26/07/1822 Bicentenario del encuentro de dos grandes
Por Fernando Bossi Rojas

El 26 y 27 de julio de 1822 se encontraron en Guayaquil los mayores conductores de la guerra de independencia del Siglo XIX: Simón Bolívar y José de San Martín.

Muchas páginas se han escrito sobre el famoso encuentro, más de lo que pareciera lógico para una entrevista de la cual se dice que fue secreta. Sin embargo, la tinta corrió abundantemente para subrayar el “desencuentro” de los Libertadores.

La “Historia Oficial”, aquella escrita por las clases dominantes, le sacó jugo al hecho.

Mucho escribieron los historiadores venezolanos sobre la “picardía” de Bolívar para deslumbrar y neutralizar a San Martín con desfiles, uniformes relucientes, agasajos lujosos, etc. Los argentinos no se quedaron atrás y llenaron páginas enteras calumniando a Bolívar, bajo la acusación de frívolo, inescrupuloso y embustero. Al enfrentar a sanmartinianos y bolivarianos, se concretaba el objetivo de quienes usufructúan con la división de los hermanos pueblos sudamericanos. La división que no se había dado en los hechos, los oligarcas la habían logrado en el papel.

La rivalidad irreconciliable entre los Libertadores apareció entonces como un asunto indiscutible, opacando así las figuras de ambos próceres. La “Historia Oficial” se imponía en las aulas, los textos escolares, las universidades, los libros y las academias.

Pero la verdad es otra, ya que nunca hubo diferencias políticas insalvables entre ambos Libertadores. El “paso al costado” que dio San Martín se debió simplemente al hecho de que éste, no contaba con respaldo de ningún gobierno para culminar la campaña en  la sierra. El gobierno de Buenos Aires, en manos de la oligarquía pro-británica le había negado todo apoyo, en cambio, el gobierno colombiano  todavía respondía a la autoridad de Bolívar. Eso es lo que entendió San Martín, y por ende acordó con Bolívar retirarse del escenario para no entorpecer.  Ambos ya habían experimentado que el tema del mando unificado era vital para no complicar las operaciones político y militares.

¿San Martín monárquico y Bolívar republicano? Esa es otra discusión impuesta para provecho de la historiografía lacaya. Lo cierto es que ambos temían a la anarquía, a las fuerzas disolventes. Ambos apostaban a gobiernos fuertes y no se equivocaban. Para enfrentar este peligro uno hablaba de una monarquía transitoria y controlada, el otro hablaba de una república con presidente vitalicio. Ambos entendían que era necesario un gobierno fuerte, un Estado fuerte, porque avizoraban la vulnerabilidad de nuestra región ante la contraofensiva reaccionaria que se estaba gestando, tanto en el interior de nuestro territorio como desde las potencias colonialistas.

San Martín admiró tanto al líder venezolano que le pidió a su hija que pintara un retrato de Bolívar, que lució en su alcoba hasta el día de su muerte. Más que masoquista hubiera sido el argentino –si odiaba tanto a Bolívar–, el tener el retrato de su enemigo en frente de sus ojos para verlo todos los días al despertar, decía con humor y con toda razón el historiador Norberto Galasso. Bolívar respetó a San Martín y brindó por él y por sus triunfos.

Ambos fueron grandes y ambos manejaron el mismo proyecto. Unidad e independencia era la divisa de estos grandes conductores. Hoy la divisa es la misma y juntos Bolívar y San Martín nos empujan para enfrentar las nuevas batallas del siglo XXI.

Fuente:
Portal Alba

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