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04/03/21
Regiones: Argentina
04/03/1811 | Mariano Moreno
Por Fernando Bossi Rojas

María Guadalupe Cuenca se llamaba la esposa de Mariano Moreno, Secretario de la Primera Junta de Gobierno patrio. El abogado Moreno, desde el comienzo de sus funciones, había mostrado su firme decisión de cumplir con los objetivos de la revolución. Sobre María Guadalupe, volveremos al final de este breve escrito.

Moreno fue el autor –o uno de los autores– del Plan de Operaciones de la revolución; una suerte de programa mínimo de inmediata aplicación, con una visión profundamente republicana, democrática, antioligárquica, anticlerical y popular. Se dice también que en este programa trabajaron Belgrano y Castelli. Lo cierto es esa guía de acción preocupó mucho a los sectores más conservadores.

La idea central de Moreno era expropiar las grandes fortunas, unos cinco mil propietarios que concentraban las riquezas del virreinato, fundamentalmente los propietarios mineros del Alto Perú. Así, y a través del Estado, fomentar la industria, la agricultura, la navegación… para alcanzar el desarrollo autónomo de país que estaba naciendo. Un verdadero plan revolucionario, nacionalista y popular.

Los españoles reaccionarios, como es lógico suponer, le declararon la guerra, tanto al Plan como a su autor. También la oligarquía criolla y un sector de “patriotas” y republicanos moderados asumieron una actitud hostil hacia el secretario y su programa. Transitoriamente godos y criollos ricos hicieron alianza contra esos “jacobinos” subversivos.

El bloque revolucionario comandado por Moreno se estrelló así contra el bloque conformado por los peninsulares, los criollos acaudalados y los moderados, siendo estos últimos quienes supieron sacar partido de la situación. Mientras los principales líderes revolucionarios marcharon al frente de batalla en la guerra ya declarada (Castelli, French, Belgrano), los timoratos y conservadores negociaron y conspiraron.

Fue así que por la presión del bloque reaccionario Moreno tuvo que renunciar, embarcando hacia Inglaterra. El capitán del buque, en alta mar, lo envenenó. El revolucionario murió el 4 de marzo de 1811.

Desde la escuela primaria se le enseña a los argentinos, sobre la muerte de Moreno, aquella frase que dice: “tanto mar se necesitó para apagar tanto fuego”. En realidad no fue así, sólo hizo falta un poco de veneno, aunque sí, mucha infamia por parte de la oligarquía para cometer semejante asesinato.

Ahora volvemos a María Guadalupe, la esposa de Mariano. Hay una anécdota que la involucra como víctima del accionar de esa oligarquía rioplatense. A pocos días de la partida de su esposo, María Guadalupe recibió en su residencia un paquete, de manos anónimas por supuesto. Abierto el “regalo” la señora se encontró con tres objetos: un abanico negro, un par de guantes negro y un pañuelo de luto para el cabello. Todo ello con una esquela que decía: “Consérvelos, porque en breve se verá obligada a usarlos”. Así actuaba esa miserable clase propietaria que Moreno quería expropiar para bien de los sectores laboriosos y verdaderamente patrióticos.

Fuente:
Portal Alba
4/3/1811

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