Gualberto Villarroel egresó del Colegio Militar del Ejército con el grado de subteniente el año 1928. Había nacido veinte años antes en la localidad de Muela (hoy Villa Rivero) de la provincia de Punata, departamento de Cochabamba. Se destacó en todo su trayecto escolar como un brillante estudiante, también sobresalió por su accionar durante la Guerra del Chaco, considerado un héroe nacional y ascendido al grado de capitán en 1935.
Villarroel apoyó a los gobiernos de David Toro y de Germán Busch Becerra, militares que trataron de romper con los dueños de las mineras bolivianas (Barones del estaño) y de la oligarquía terrateniente (La Rosca), atadas a los intereses imperialistas. David Toro fue derrocado y Germán Busch acabó sus días “suicidándose”.
Tras el dramático final de Busch, la Rosca (así era denominada a las clases dominantes bolivianas de aquella época) impuso el gobierno títere de Enrique Peñaranda.
Liderando un grupo de militares nacionalistas organizados en la logia Razón de Patria (RADEPA) y con el apoyo del naciente Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Villarroel asumió la Presidencia de la República mediante un Golpe de Estado. Era el año 1943 y el joven oficial tenía 35 años de edad.
El gabinete que designó en su gobierno estaba conformado por una mayoría de ministros militares de RADEPA, tres ministros del grupo “Estrella de Hierro” (otra logia militar nacionalista), y tres del MNR, entre los que destacaban Víctor Paz Estenssoro como Ministro de Hacienda, Carlos Montenegro como Ministro de Agricultura y Augusto Céspedes como Secretario General.
El gobierno revolucionario promulgó importantes reformas sociales, entre otras, el reconocimiento a los sindicatos, creándose la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), el derecho a pensión y el derecho al retiro voluntario.
También se llevó a cabo el Primer Congreso Indígena, realizado el 10 de mayo de 1945 en La Paz, y que concluyó con las siguientes resoluciones:
– Prohibición de los servicios de pongueaje y mitaje.
– Prohibición de los trabajos personales en forma gratuita.
– Abolición de los trabajos y diezmos.
– Otorgación de tierras a favor de los indígenas.
– Obligación de los patrones de implementar escuelas para la educación de los hijos de los indígenas que trabajan la tierra.
– Leyes y autoridades para la protección del indio.
El carácter patriota y nacionalista del movimiento, así como su orientación en favor de las clases obreras y campesinos indígenas, molestó tanto a los Barones del Estaño y a la Rosca como a la embajada estadounidense.
El gobierno norteamericano nunca reconoció al gobierno de Villarroel e inmediatamente lo combatió. Los medios de comunicación de la época, salvo pocas excepciones, estaban controlados por la oligarquía, y llevaron a cabo una monumental campaña de desprestigio, acusando al gobierno de nazi, fascista, comunista o dictatorial. Todo cabía para desprestigiar a Villarroel y su equipo.
El 21 de julio de 1946 fue derrocado. La fuerza de la contrarrevolución logró aislar al Presidente, confundir y paralizar a las masas populares y movilizar a fracciones del estudiantado y de comerciantes que tomaron directamente la sede de gobierno. Allí fue asesinado Villarroel y sus más cercanos colaboradores: Luis Uría de la Oliva (su secretario privado), el capitán Waldo Ballivián (su edecán) y Roberto Hinojosa (director del periódico Cumbre). Sus cuerpos luego fueron colgados en un farol de la Plaza Murillo.
El libro “El Presidente Colgado” del escritor e intelectual Augusto Céspedes, quien fuera Secretario General del Gobierno de Villarroel, es un texto de imprescindible lectura para todos aquellos que quieran entender el proceso boliviano.
“No soy enemigo de los ricos, pero soy más amigo de los pobres”, decía el general Villarroel, y esa frase fue repetida por el Presidente Evo Morales en la ceremonia ritual de asunción del mando en enero de 2005 en Tiawanaku.
Nota:
Dos libros importantes para entender este período de la vida de Bolivia.
“Nacionalismo y coloniaje” de Carlos Montenegro.
“El Presidente colgado” de Augusto Céspedes.
Me los pueden solicitar por mensajes a Fernando Bossi dejándome allí su email y se los remitiré en formato PDF (por supuesto en forma gratuita). Este es un servicio de la página web Portal Alba (www.portalaoba.org), que próximamente estará habilitado en su Biblioteca Emancipación.