Tras el paso del Páramo de Pisba, el ejército patriota estaba al extremo exhausto, casi sin caballada y carente de provisiones. Bolívar se encontraba al frente de unas tropas desprovistas de ropa, calzado y mal alimentadas, que acababan de cruzar llanuras y elevaciones de hasta 3.500 metros de altura, con un frío aterrador y lluvias torrenciales. Era el costo de llegar por sorpresa para atacar a las fuerzas colonialistas en la Nueva Granada.
Tras varios breves escarceos entre las fuerzas contendientes, el 25 de julio al mediodía comenzó la batalla. El General realista José María Barreiro, venía observando a las tropas republicanas y con desprecio por el aspecto que presentaban había expresado: “Estos mendigos nunca nos arrebatarán la Nueva Granada”, calificando a los revolucionarios como «indios miserables y cobardes».
La forma en que se presentaban las acciones y el despliegue de fuerzas de uno y otro bando favorecían indiscutiblemente a los españoles. La debacle de los patriotas parecía inevitable.
En un momento, tras el empuje del ejército colonialista, Bolívar sintió que el desenlace se acercaba. «¡Se nos vino la caballería encima y se perdió la batalla!», dicen que dijo El Libertador. El Coronel Juan José Rondón, quien escuchó a Bolívar se acercó a él y le manifestó: «Cómo se va a perder la batalla, si Rondón y sus hombres aún no han peleado”. «Coronel, ¡salve Usted la Patria!», le contestó impetuoso Bolívar.
El negro Rondón, hijo de esclavos libertos y nacido en Guárico –quien hasta 1817 había combatido bajo el mando de Boves y luego se entregó de cuerpo y alma a la causa patriota–, con 14 lanceros más, arrolló con tal fuerza a las tropas realistas que éstas comenzaron a retroceder. Ante el empuje de los lanceros, muchos más se fueron sumando, y lo que parecía un inevitable triunfo español, se convirtió en victoria republicana.
Los 14 lanceros que acompañaron a Rondón y que merecen ser grabados en la memoria de los patriotas revolucionarios fueron:
1. Capitán Julián Mellao (Venezolano)
2. Capitán Valentín García (Venezolano)
3. Capitán Miguel Lara (Granadino)
4. Capitán Domingo Mirabal (Venezolano)
5. Capitán Celedonio Sánchez (Granadino)
6. Teniente José de la Cruz Paredes (Venezolano)
7. Teniente Rozo Sánchez (Granadino)
8. Teniente Pablo Matute (Granadino)
9. Teniente Pedro Lancheros (Granadino)
10. Sub. Teniente Bonifacio Gutiérrez (Granadino)
11. Sub. Teniente Saturnino Gutiérrez (Granadino)
12. Subteniente Miguel Segovia (Venezolano)
13. Subteniente Pablo Segovia (Venezolano)
14. Sargento Inocencio Chincá (Granadino)
Otro héroe de la jornada que merece ser destacado fue el coronel irlandés James Rooke, quien comandó a la Brigada Británica y cumpliendo un papel decisivo en la consolidación del triunfo patriota.
En la carga de su infantería fue herido en un brazo. Murió a los dos días de la batalla luego que se lo hubieran amputado. Con el brazo que le quedaba dicen que levantó y gritó “¡Viva la Patria!”. “¿Cuál Patria, Inglaterra o Irlanda?”, cuentan que le preguntó el médico. “La patria que me dará sepultura”, contestó sin dudar el valiente Rooke.
La Batalla de Pantano de Vargas fue el preludio de Boyacá, que liberó la Nueva Granada definitivamente y que será, a su vez, la antesala de Carabobo que dos años más tarde liberaría a Venezuela.
JOROPO PANTANO DE VARGAS
Texto: Lázaro María Pérez
Música: Del folclor San Rafael
Voz: Milena Benites
Arpa: Edwin Castañeda
Cuatro: David Ruiz
Maracas: Jorge Ariza
Bajo: Adrian Ariza