Hijo de un inmigrante italiano y de una mujer negra, Carlos Marighella nació el 5 de diciembre de 1911 en Salvador de Bahía, Brasil. Así se presentaría “Carlinhos” en alguno de sus escritos: “Desciendo de italiano. Mi padre era obrero, nacido en Ferrara. Llegó como inmigrante a São Paulo y se trasladó a Bahía. Mi ascendencia por línea materna procede de negros haussás, esclavos africanos traídos de Sudán y famosos en la historia de las sublevaciones bahianas contra los esclavistas”.
Hasta los 25 años vivió en Salvador cursando en la Politécnica de la ciudad. En 1934 ingresó en el Partido Comunista Brasileño como militante y luego se trasladó a Río de Janeiro, y un año después a San Pablo. Varias veces estuvo detenido y torturado por sus actividades “subversivas”, matizando su vida entre la más estricta clandestinidad y los más lúgubres calabozos. Recién en 1945, a través de una amnistía fue que el partido volvió a la legalidad y en las elecciones constituyentes realizadas en diciembre de ese año, Marighella fue elegido diputado federal por Bahía.
Pero la legalidad burguesa duró poco. Dos años después, durante el gobierno de Eurico Gaspar Dutra, el PCB fue nuevamente proscripto y Mariaghela tuvo que volver a la clandestinidad.
El 8 de mayo de 1964, apenas unos días después del golpe de estado que implantaría la dictadura militar bresileña, Marighella fue herido de bala por agentes de la Departamento de Ordem Político e Social (DOPS). Cuando recobró la libertad, junto a otros compañeros revolucionarios, se decidieron por la lucha armada como camino para redemocratizar el Brasil y avanzar hacia el socialismo. El PCB los expulsó de su seno.
En 1967, Marighella junto a aquellos compañeros disidentes del PCB, fundó la organización Ação Libertadora Nacional (ALN, “Acción Liberadora Nacional”). Las acciones del ALN pasaron a tener gran repercusión e impactaron profundamente en la opinión pública brasileña.
En septiembre de 1969 la ALN efectuó el golpe más importante de su trayectoria revolucionaria con el secuestro, en Río de Janeiro, del entonces embajador estadounidense Charles Elbrick. Esta acción, llevada a cabo conjuntamente con el Movimiento Revolucionario 8 de Octubre (MR-8) condujo a la liberación de 15 guerrilleros prisioneros por la dictadura.
Dos meses después del secuestro del embajador estadounidense y tras un formidable despliegue de las fuerzas de seguridad, el 4 de noviembre de 1969, Carlos Marighella fue sorprendido y muerto a tiros por agentes del DOPS.
En su azarosa vida, el revolucionario brasileño tuvo tiempo para escribir, desde el famoso “Mini-manual del guerrillero urbano”, hasta una serie de poesías… poesías de guerra, de paz y de amor.
Sobre Carlos Marighella dijo Frei Beto: “No vivió lo suficiente para ver el fin de la dictadura en 1985. Pero dio la vida para que otros tuvieran vida. Sus ideales siguen vigentes, aunque hoy sean otros los métodos de lucha”.