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12/10/21
Regiones: Argentina
12/10/1812 | Castelli: “El Orador de la Revolución”
Por Fernando Bossi Rojas

Cuando se formó la Primera Junta de Gobierno en Buenos Aires, el 25 de mayo de 1810, Juan José Castelli ya tenía 46 años de edad. Abogado, hombre culto, casado y con seis hijos. El “Orador de la Revolución” o “El orador de Mayo”, como fue apodado desde ese momento, fue uno de los principales protagonista de esa jornada revolucionaria. Integrante de la Junta, trabó inmediatamente amistad con Mariano Moreno. Ambos eran abogados y de ideas liberales, hombres de teoría, pero también de acción.

Los funcionarios y la burocracia peninsular, los comerciantes in-gleses y criollos, como también las clases privilegiadas porteñas y el alto clero, vieron con recelo y desconfianza a los “tinterillos ex-tremistas” encumbrados en el poder. El Plan de Operaciones de los morenistas hablaba de expropiaciones, impuestos a los ricos, fomento de la industria y otras cosas más que irritaron a los hom-bres que defendían el orden colonial.

Pero “Revolución es Revolución” entienden Castelli, Moreno y sus seguidores. Ante la contrarrevolución en marcha no dudaron en enfrentarla y tratar de arrancarla de raíz. Así, Juan José Castelli es enviado a reprimir la reacción y fusilar a sus cabecillas. Sin ninguna vacilación realizará la tarea y luego comandará, con el mismo objetivo, la campaña al Alto Perú.

Ya instalado en Chuquisaca proclamó el fin de la servidumbre in-dígena en el Alto Perú. Anuló el tutelaje, la mita y otorgó la cali-dad de vecinos y derechos políticos a los pueblos originarios.

Combatió al alto clero y repartió tierras entre los trabajadores de los obrajes. Abrió escuelas bilingües e hizo transcribir todos sus decretos en castellano, guaraní, quechua y aymará.

El 25 de mayo de 1811 en Tiahuanaco, con los caciques indígenas, rindió homenaje a los antiguos incas, arengando a los pueblos originarios a levantarse en armas contra sus históricos opresores.

Derrotado en la Batalla de Huaqui, los enemigos de Castelli apro-vecharon para ensañarse con él. Desde Buenos Aires se le abrió un juicio para castigarlo por sus “excesos”. Moreno ya había sido envenenado en alta mar y los patriotas más consecuentes despla-zados por el ala conservadora.

El “Orador de la Revolución” murió solo, pobre y abandonado, en Buenos Aires el 12 de octubre de 1812. Aquel que había conmo-vido a las masas populares con su brillante oratoria revolucionaria, terminó sus últimos meses mudo, sin habla, ya que sufrió de cáncer en la lengua.

Castelli fue un revolucionario de aquellos que no dudaron en ali-nearse junto a las masas populares y unir su destino a ellas, como también entendió que era necesario enfrentar a los colonialistas y sus aliados con todo el rigor que una verdadera revolución impo-ne. Castelli no entendió de tibiezas ni capitulaciones, y así lo de-bemos recordar, siguiendo su ejemplo.

”Nuestro destino es ser libres o no existir, y mi invariable resolu-ción, sacrificar la vida por nuestra independencia”, Juan José Cas-telli.

Fuente:
Portal Alba

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