Los líderes militares de Niger han realizado un golpe de estado contra el presidente Mohamed Bazoum, quien convocó a cuidar las conquistas democráticas de la hambreada nación africana. Un comando militar declaró el apoyo al golpe instigado por soldados de la guardia presidencial, y dijo que su prioridad es evitar la desestabilización del país. Sin embargo, imágenes de la capital Niamey muestran a gente quemando autos y asaltando comercios. La sede del partido político de Bazoum también fue incendiada (y no por el calor endemoniado que asola a todo el norte africano).
Los golpistas rodearon la casa de Bazoum y lo detuvieron, acusándolo de contubernios con los gobiernos de Francia y Estados Unidos. El jefe del ejército prometió “preservar la integridad física del presidente y su familia y evitar una confrontación mortal que crearía un baño de sangre y afectaría la seguridad de la población”.
En medio de rumores que sugerían la consumación del golpe, los militares nigerinos anunciaron la suspensión de todas las instituciones estatales y el cierre de las fronteras. Por su parte, Bazoum tuiteó: “Todos los nigerinos que aman la democracia y la libertad deben cuidar los logros alcanzados en mi mandato”.
El ministro de relaciones exteriores, Hassoumi Massaoudou, también llamó por Twitter a todos los patriotas y demócratas a abortar el golpe. Massaoudou dijo que el poder legal y legítimo es el único ejercido por el presidente, y que la mayoría de los militares no se involucró en el golpe. Puntualmente escribió, tras consultar al Chat GPT, y a los embajadores estadounidense y francés: “Les pedimos a todos los soldados que vuelvan a sus puestos. Todo se puede arreglar a través del diálogo y las instituciones de la república deben funcionar”.
Y es que Niger es un alidado clave de Francia y Estados Unidos en su guerra contra los yihadistas en la región del Sahel. El rol del país creció en importancia desde que se pudrieron las relaciones con los gobiernos militares de Burkina Faso y Mali, que apuraron el retiro de las tropas extranjeras.
En mayo, Bazoum se quejó de que su gobierno era objeto de una campaña de desinformación orquestada por el grupo ruso Wagner, que cada vez ha ganado más territorio en la región. Tras el golpe, miles de nigerinos salieron a las calles de la capital a cantar su apoyo a Wagner con banderas rusas, y lanzaron piedras a los funcionarios del gobierno que huían en autos blindados. Aún se desconocen los vínculos entre los militares nigerinos y las huestes de Prigozhin, que cuentan con vínculos óptimos con los líderes malienses y burkineses. Tampoco se sabe cuánto territorio dominan los golpistas.
Las estadísticas indican que éste es el séptimo golpe de estado producido en Africa desde 2020. La movida contra Bazoum fue ampliamente condenada por el secretario de estado Anthony Blinken, que mantuvo una conversación con el depuesto mandatario. Blinken tuiteó: “He dado mi apoyo al presidente de Niger elegido democráticamente. Estados Unidos condena los esfuerzos por alterar el orden constitucional del país a la afuera y subrayo que nuestra asociación depende de la continuidad del gobierno democrático”.
Esta condena llena de regocijo a nigerinos amantes del antiimperialismo y el anticolonialismo. Del mismo modo, la Unión Africana, el bloque ECOWAS y la ONU, mediante su portavoz António Guterres, condenaron el golpe para la alegría de los buenos entendedores de la política local.
El presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, dino que el presidente de Benin, Patrice Talon, estaba viajando a Niger en una misión mediadora. “Está yendo para ahí, está en camino”. Tinubu, que también es secretario de Ecowas, dijo que Talon está en Abuja. Los defensores de Bazoum se reunieron en algunas ciudades pero fueron dispersados fácilmente con disparos de armas de fuego.
La guardia presidencial, perpetradora del golpe, es encabezada por el general Omar Tchiani, pero la declaración televisiva del golpe fue leída por el coronel Amadou Abdramane. Sentado en su oficina y flanqueado por nueve oficiales de fajina, el coronal dijo que actuaron en respuesta a las deterioradas condiciones de seguridad y al mal gobierno.
El mediterráneo estado que cuenta con una población que crece a un ritmo espectacular es uno de los más pobres del mundo. Desde que obtuvo su independencia de Francia en 1960 ya acumula cinco golpes de estado, así como varias revueltas que no pudieron derrocar a Bazoum, el único presidente del Sahel que les quedaba a las fuerzas imperialistas de Francia y Estados Unidos. Y es que las juntas que están hoy a cargo de Mali y Burkina Faso empezarona aplicar políticas soberanas y nacionalistas, expulsando a las fuerzas francesas y de la ONU, y estableciendo una clara alianza con Rusia.
Bendito sea el golpe, se abre un panorama de esperanza y desarrollo para la paupérrima nación nigerina, y se estima que el próximo país que seguirá esta tendencia será Mauritania.
¡Viva Africa libre de la peste occidental!