El primer día de enero de 1959 el dictador Fulgencio Batista huía como rata por tirante. Cecilio del Valle nació en Choluteca, Honduras, el 22 de noviembre de 1777, y murió el 2 de enero de 1834 en la ciudad de Guatemala. Se lo conoce como el “sabio Valle”, y hay que afirmar que realmente lo era. Fue redactor del Acta de Independencia de Centroamérica, como tam-bién ferviente luchador por la unidad de nuestra América.
Sus escritos al respecto conciben un plan para la realización de la uni-dad, promoviendo un congreso donde “se crearía un Poder que, uniendo las fuerzas de 14 ó 15 millones de individuos, haría a la América superior a toda agresión; daría a los Estados débiles la potencia de los fuertes; y prevendría las divisiones intestinas de los pueblos sabiendo éstos que existía una federación calculada para sofocarlas. Se formaría un foco de luz que, iluminando la causa general de la América, enseñaría a sostenerla con todos los conocimientos que exigen sus grandes intereses”.
Bernardo Monteagudo, representante de Simón Bolívar en viaje a Centroamérica, intentó entrevistarse con Cecilio del Valle, pero la reunión nunca se efectuó porque éste se encontraba en México. Igual lograron comunicarse a través del intercambio de correspondencias. El coronel Monteagudo escribió el “Ensayo sobre la necesidad de una Federación general entre Estados Hispanoamericanos”. Esta importante obra, dice el autor en su introducción, recoge el espíritu de los trabajos de Cecilio del Valle.
José Cecilio del Valle fue electo Presidente de Centro América, pero no pudo desempeñar tal cargo debido a su fallecimiento. Su pasión por contribuir a la unidad de nuestra América, lo llevó a decir: “América no caminará un siglo atrás de Europa: marchará a la par primero; la avanzará después; y será al fin la parte más ilustrada por las ciencias, como es la más iluminada por el Sol”.
Pero Cecilio del Valle concebía la unidad del Nuevo Mundo contemplando, al igual que Bolívar, la redención social como única garantía para afianzar la independencia: “La Nación es una sociedad política compuesta de pueblos socios, unidos en compañía para su común felicidad si hay equilibrio en todos ellos. La igualdad de intereses mantiene la unión, conserva la justicia y hace la felicidad de todos, si no hay equilibrio, la desigualdad hace que unos sean más ricos y poderosos que otros; que unos dominen a otros; que unos sean opresores y otros oprimidos; que no exista la sociedad, que se disuelva la Nación”.
Cecilio del Valle merece estar entre aquellos que brindaron un sustancial aporte a abrir senda en el camino al encuentro entre los latinoamericanos caribeños.