Hijo de Mariana Grajales, cubana de padres dominicanos y de Marco Maceo, mulato venezolano, Antonio nació en Majaguabo, una zona rural de Santiago de Cuba en el año 1845. La Guerra de los Diez Años, lo vio como un formidable oficial, líder de los mambises e inquebrantable independentista. Ante la negociación de paz, Maceo se negó a aceptar el Pacto de Zanjón, acuerdo donde se acordó el cese de hostilidades sin ningún beneficio para los patriotas. Ante esta situación, el apodado por sus compatriotas “Titán de Bronce”, dio un ejemplo cabal de dignidad y patriotismo continuando la lucha. Luego tuvo que exilarse en Jamaica.
Siempre con el objetivo de alcanzar la independencia de Cuba, esqui-vando innumerables intentos de asesinato por parte de los sicarios españoles que lo perseguían por todas partes, Maceo se entrevistó con Martí en Costa Rica y llegaron a importantes acuerdos. La Guerra del 95 unió a tres grandes revolucionarios: Antonio Maceo, José Martí y Máximo Gómez.
Muerto en combate “El Apóstol” José Martí, Antonio Maceo como lugarteniente del General en Jefe del Ejército Libertador, Máximo Gómez, combatió heroicamente con¬tra las tropas colonialistas españolas, apabullándolas con brillantes y audaces movimientos tácticos y desplegando valentía e intrepidez en todos los combates. Las tropas españolas, sentirán innumerables veces el filo del machete de las tropas mambises. El “Titán de Bronce” se convirtió en el líder indiscutido del invencible ejército popular cubano.
Acosado por las intrigas del ala oligárquica de los independentistas, Gómez decidió renunciar y ceder el mando a su lugarteniente. Cuando éste pudo encaminarse al encuentro de su jefe, fue emboscado por tropas colonialistas, muriendo en combate junto a “Panchito” Gómez Toro, hijo de Máximo Gómez, el 7 de diciembre de 1896.
El gran patriota y revolucionario cubano dijo una vez: “De España jamás esperé nada, siempre nos ha despreciado, y sería indigno que se pensase en otra cosa. La libertad se conquista con el filo del machete, no se pide: mendigar derechos es propio de cobardes incapaces de ejercitarlos. Tampoco espero nada de los americanos, todo debemos fiarlo a nuestros esfuerzos, mejor es subir y caer sin ayuda que contraer deudas de gratitud con un vecino tan poderoso”. Y supo también advertir: “El que intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”.
Antonio Maceo, ¡Héroe de Cuba y de la Patria Grande!
NOTA:
CANCIÓN A MACEO
POR ALEJANDRO GARCIA “VIRULO”