Fue luego del Combate de San Lorenzo que el canoero paraguayo Félix Bogado se incorporó al regimiento de Granaderos a Caballo de José de San Martín. Luego del enfrentamiento fue uno de los tres criollos canjeado por un oficial español.
Ya en el regimiento marchó al norte, con otro jefe y al Altoperú, donde peleó en las batallas de El Tejar, Puesto del Marqués, Venta y Media y Sipe-Sipe. Después de esta experiencia pasó a Mendoza, al cuartel del Plumerillo. Allí engrosó las tropas que cruzaron los Andes para liberar Chile reencontrándose con su comandante el General San Martín. Tras combatir en Chacabuco, Bogado participó en los combates de Curapaligüe y Cerro Gavilán, en las guerrillas de Gualpén y Los Perales y en las batallas de Cancha Rayada y Maipú, todas en territorio chileno.
Ya con el grado de Capitán intervino en la expedición de Perú. En 1822, tomó parte en la campaña de Puertos Intermedios, peleando en los desastres de Torata y Moquehua bajo el mando de Alvarado. Más tarde, como teniente coronel participó en las gloriosas batallas de Junín y Ayacucho. Bolívar lo ascendió a Coronel en 1825.
A Bogado le tocó ser el comandante de los últimos granaderos que regresaron a Buenos Aires en 1826, que fueron 78. De ellos, sólo seis habían comenzado con San Martín desde la primera formación en el cuartel de Retiro; más Bogado que se había incorporado, como lo señalamos al comienzo, ni bien terminó la Batalla de San Lorenzo. Vale la pena recordar los nombres de estos héroes: Sargento Mayor Paulino Rojas; Capitán Francisco Olmos; Sargento 2º Patricio Gómez; Sargento 2º Francisco Bargas; Sargento 2º Damasio Rosales; Sargento Trompa Miguel Chepoya, trompeta.
Todos ellos combatieron por la Patria y la independencia desde el Río de la Plata hasta Quito, pasando por Chile, Perú, Ecuador y lo que hoy es Bolivia, bajo las órdenes de los dos más grandes suramericanos: San Martín y Bolívar.
El gobierno de Buenos Aires los recibió fríamente. Era Bernardino Rivadavia el presidente, conocido por su adhesión al colonialismo inglés y también por su desprecio a los patriotas, incluyendo en esto a su declarado enemigo el general San Martín. Así, el primer mandatario no dudó en disolver el histórico regimiento.
Abandonados por la nueva oligarquía criolla que se conformaba, cada uno de estos soldados de la Patria siguió su propio destino, casi todos ellos envueltos en las guerras civiles que se fueron sucediendo. Bogado no fue la excepción. El 21 de noviembre de 1829, a los 52 años de edad, murió en la localidad de San Nicolás de los Arroyos.
Este soldado paraguayo y suramericano es un ejemplo de sacrificio en la lucha por la unidad e independencia de la Patria Grande.