Plazas, avenidas, municipios, escuelas, universidades, bibliotecas, instituciones de diferente tipo, etcétera, llevan su nombre. Rafael Urdaneta, junto a Antonio Sucre, Manuela Sáenz y Simón Rodríguez forman el núcleo central de los más fieles bolivarianos contemporáneos al Libertador.
Urdaneta nació en Maracaibo, el 24 de octubre de 1788. Estudió en Caracas y en su ciudad natal. En Bogotá se relacionó con los independentistas, comprometiéndose con la causa revolucionario desde el primer momento. Allí, ingresa al ejército republicano.
«Si con dos hombres basta para emancipar la patria, presto estoy a acompañar a usted», le dijo Urdaneta a Bolívar cuando el escepticismo y la traición ganaban la voluntad de algunos de los oficiales antes de emprender la Campaña Admirable. Esa lealtad a su jefe, cuando Bolívar todavía no era más que un militar que había sido derrotado en Venezuela, lo ubicará como ejemplo de fidelidad a la causa bolivariana.
En más de diez años de combates constantes contra el colonialismo español, se contabiliza su participación en cerca de 25 batallas, y sumado a esto defensas de plazas, sitios, asaltos a fortalezas, asistencia logística, cientos de escaramuzas, etcétera. Con razón el Libertador lo consideró “el más constante y leal general del Ejército Libertador”.
Fue enemigo acérrimo de Santander. Intentó fusilarlo sabiendo que éste había sido el instigador del intento de asesinato que sufrió Bolívar en septiembre del 28. Pero la oligarquía y los traidores a la Patria ya se habían consolidado de tal manera que Urdaneta no pudo imponer su posición.
Los anti-bolivarianos le juraron odio eterno. Pero Urdaneta era leal al Libertador y a la Patria. “Yo no temo a nada, porque nunca he servido a la República a medias”, le decía en una carta a Montilla. Fue perseguido y desterrado, perdió todas sus riquezas pero nunca su lealtad y honradez.
Cuando sintió que se moría, en Francia, en el transcurso de una misión para la cual había sido asignado, pidió a uno de sus hijos devolver los viáticos no gastados. «Sólo tengo y dejo una viuda y 11 hijos en la mayor pobreza», había dicho. Murió el 23 de agosto de 1845.
Este zuliano patriota y revolucionario, honesto y leal, tiene que ser ejemplo para los que seguimos la doctrina y obra del Libertador.
Gaita: «MÁS BRILLANTE QUE MIL SOLES»
Homenaje al General Rafael Urdaneta.
Conjunto Gaitero: «IKARO» de Arcadio Martínez.